En entrevista para la radio, Rocío Nahle declaró ayer lunes que “como política me sé manejar”, ello luego de recordar que lleva diez años en puestos políticos, incluidos los cargos de diputada federal, senadora, secretaría de Energía y ahora gobernadora.
Precisamente porque habría que darle crédito a su dicho de que se sabe manejar como política, no se cree, para nada, que se quiso referir al senador Manuel Huerta, su compañero de partido, cuando expresó que “golpistas a otro lado”, luego de que le pidieron su opinión sobre el tema de revocación de mandato, sobre el que se ha ocupado el legislador.
En mayo pasado, Manuel dijo que el Congreso local debe homologar la ley del estado con las reformas constitucionales que promovió el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, para que se realice una consulta sobre la revocación de mandato al cumplir la gobernadora sus primeros tres años de gobierno, de tal forma que el pueblo decida si debe continuar o no al frente de la administración.
Hasta donde el columnista tiene información, no se trata de algo personal del senador contra ella, sino el de darle vigencia a uno de los propósitos reformistas de AMLO, el tutor político de ambos, propuesta que habría hecho también si otra persona estuviera al frente del gobierno.
Pero la señora deslizó el término “golpista”, a lo mejor sin reflexionar sobre la consecuencia de su dicho, ya que cualquiera podría interpretar que implícitamente calificó a Huerta de golpista cuando tal vez esa no fue su intención, pues también precisó que respeta mucho la opinión de todos, que cada quien puede “expresarse y decir sin problema, siempre y cuando no vulneren la libertad de los demás, ni brinquen la zona de respeto de las demás personas”.
Creo que no quiso calificar de “golpista” a Manuel porque, como comenté en la columna de ayer, lo que más necesita en este momento, y en la coyuntura desfavorable por la que atraviesa, es sumar en torno suyo, sumar incluso a la prensa crítica e independiente, para fortalecerse y poder hacer frente con éxito a sus enemigos, que los tiene y parece ser que en buena cantidad, pero también al flagelo de la violencia e inseguridad que está causando la delincuencia organizada, y no abrir más frentes o, en todo caso, tratar de cerrar los que ya tiene.
Se necesita una oposición que señale con sentido, opina
“Vengo desde hace muchos años de la oposición, de la izquierda, y hasta para ser oposición te debes preparar, una oposición responsable, con criterio, con propuestas; una oposición que señale se necesita, en toda democracia es necesaria, pero con sentido, esa es mi expresión y mi pensar”, se le escuchó decir en la entrevista de radio.
Luego de que el domingo circuló una encuesta en donde sale en el último lugar entre los 32 gobernadores del país, o sea, como la peor calificada, Nahle debiera buscar un acercamiento y diálogo con su compañero de partido, con el que no ha roto del todo y con quien por lo menos se habla, se saluda y hasta se dan un abrazo si se encuentran, y formar un frente común con él, que le daría toda la fortaleza que necesita para enfrentar los grandes compromisos políticos de 2027 y 2030.
No soy amigo de Manuel Huerta y lo veo como un actor político más, del que me ocupo porque es y da nota, como se dice en el argot de los periodistas, aunque algunas veces hemos dialogado y por eso entiendo que no tiene nada personal contra la gobernadora, que quisiera acercase más a ella y volver a la causa original de Morena, que es la de López Obrador, luego de que los cuitlahuistas la desviaron y pervirtieron y sumieron a su partido en un grave descrédito con graves consecuencias, como haber perdido la mayoría de los ayuntamientos en la pasada elección municipal.
A Rocío ya nada más le faltan cinco años y tres meses para que concluya su responsabilidad (políticamente menos, porque el último ya es el de la elección de su relevo, el de la transición y la entrega) y si no se apuntala ahora para enfrentar lo que le resta al frente del gobierno, puede sufrir las consecuencias. Debe sumar a Manuel pero también al resto de los veracruzanos, incluyendo a la prensa que le dice la verdad y no le aplaude aunque esté mal. Creo que hay voluntad de todos de jalar parejo con ella por el bien de Veracruz, que es la casa de todos, porque nadie desea que se resquebrajen los cimientos del lugar donde nacieron y habitan.
La drástica caída en la aprobación de Rocío
El 21 de enero pasado, el Gobierno del Estado no se contuvo y emitió un boletín de prensa destacando que, en su primer mes como gobernadora, diciembre de 2024, Rocío Nahle había resultado como la gobernante mejor evaluada del país, de acuerdo a la encuestadora Arias Consultores, que le daba una aprobación de 53.7 por ciento, incluso por encima de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, que le seguía en segundo lugar con un porcentaje de 52.9 por ciento.
Destacaba el boletín que era la segunda encuesta que la posicionaba como la mejor evaluada entre sus homólogos a nivel nacional, citando que “a mediados de enero” (en realidad fue a principios de ese mes) la consultora RUBRUM, en su Evaluación Ciudadana a Gobernadores (Mujeres) también la había calificado como la mejor gobernadora mujer del país. En efecto, en una escala del 1 al 9, Nahle había obtenido 7.92 por ciento de aprobación por encima de la gobernadora de Guanajuato, Libia Dennise García Muñoz Ledo, que la seguía en segundo lugar con 7.41 por ciento de aprobación.
Incluso ello me llevó a aventurar que si hacía buen gobierno podría convertirse en presidenciable para 2030, aunque ahora, por cómo van las cosas, creo que ya lo pensaría más para decirlo.
Del primero cayó al último lugar, de acuerdo a encuestas
Pero me pareció entonces un error que su área de prensa emitiera el boletín sobre el resultado de una encuesta, ya que no correspondía a una acción de gobierno o a un resultado obtenido (sobre eso se tenía que ordenarle a los periodistas del Bienestar, sus aplaudidores, que lo comentaran y lo resaltaran), porque hacerlo obligaba a ir dando cuenta de las mediciones siguientes, cada vez que se publicara alguna, como la que circuló el domingo, de Demoscopia Digital-La Jornada Estado de México, que en su Ranking de Gobernadores sobre la aprobación del mes de julio pasado la ubicó en el último lugar de 32 mandatarios estatales, con una aprobación de solo 39.7 por ciento, muy distante de Alfonso Durazo, de Sonora, que se ubicó en el primer sitio con un porcentaje de 69.2 por ciento.
De acuerdo a la medición que le ha venido haciendo Demoscopia Digital-La Jornada desde diciembre pasado, cuando empezó con una aprobación de 60.2 por ciento, Rocío perdió en los primeros ocho meses de su administración 21 puntos, lo que la coloca como la peor gobernante evaluada de los 32 gobernadores del país, un nada honroso último lugar que ni siguiera Cuitláhuac García Jiménez ocupó, pues si bien siempre estuvo entre los 10 peores gobernadores del país, Cuauhtémoc Blanco, de Morelos, siempre lo salvó de caer hasta el sótano, aunque sí llegó a estar en el penúltimo peor lugar.
El resultado de la última encuesta debiera ser un motivo de preocupación en la gobernadora, pero también un toque de alerta para revisar de inmediato, a profundidad, qué está fallando, o quién o quiénes están fallando aparte de ella misma, qué y cómo se debe de corregir, rediseñar la estrategia de gobierno, si es que la tiene, o dar una sacudida a su equipo de colaboradores por más que ha repetido que tiene un “gran gran gabinete”, lo que no refleja la medición de Demoscopia Digital-La Jornada, y, para mi gusto, debiera contratar un equipo profesional que cuide su imagen y la ayude a contrarrestar las notas negativas o las campañas en su contra de sus enemigos, aunque parece que nada de eso le interesa.
La caída de su aprobación explica la derrota de sus candidatos en la pasada elección municipal, pues así como el efecto López Obrador arrastró a la alza a miles de inexpertos, improvisados y desconocidos al poder en 2018, ahora ella arrastró a la baja a sus pretendientes a las alcaldías. Ya veremos si reacciona y, mutatis mutandis, cambia lo que haya que cambiar.
Y no culpó a MC del sangriento motín en Tuxpan
Bien se vio la gobernadora ayer cuando no cayó en la “estrategia” chabacana de alguno de sus genios de tratar de culpar a Movimiento Ciudadano del motín con saldo mortal en el penal de Tuxpan.
Creo que el siguiente paso sería invitar a los alcaldes electos de MC a reunirse con ella y pedirles un trabajo conjunto para bien de los veracruzanos, porque los problemas, las carencias y necesidades no conocen de colores partidista.
Jorge Álvarez Máynez fue muy claro el sábado en la marcha de protesta en Papantla: “Nosotros no la atacamos ni durante la campaña, solo pedimos respeto a la voluntad popular”.
Cuánto daño le hacen quienes le aplauden todo, aunque esté mal y tratan de presentarle las cosas de color rosa cuando son de tono rojo subido intenso sangriento. Ahí es donde cobra plena vigencia el papel de la prensa crítica, de denuncia, que siempre es la mejor aliada de los hombres y mujeres en el poder, porque le dicen la verdad, le muestran las cosas tal cuál son, no le maquillan nada y la ayudan a enterarse de lo que otros le ocultan.