¡Cuitláhuac García va en primer lugar de abajo para arriba!
Ni el bilioso don Agustín o el ex presidiario Dante o los señalados por su deshonestidad Fidel, Javier y Miguel Angel Yunes, fueron tan cuestionados desde el arranque de sus respectivos gobiernos como lo ha sido Cuitláhuac García Jiménez, considerado como el peor gobernador que ha tenido Veracruz en los últimos 50 años.
Y eso que apenas van 16 meses.
Hoy, sin embargo, Cuitláhuac, el peor calificado a nivel nacional y estatal en el marco de la exigencia ciudadana de que se regrese a casa de sus papás de donde nunca hubiera salido para gobernar la entidad más importante y productiva de la república, busca el blindaje.
Se aferra al poder.
Luego de haber probado las mieles del mando soportado por 130 mil millones de pesos que es el presupuesto que dispone anualmente, el novato gobernante se niega, tal como lo mandata su partido, la 4T y el propio Presidente Andrés Manuel López Obrador, a la consulta ciudadana a fin de cruzar el filtro para seguir o no al frente del mandato.
Acaso por ello no deja de llamar la atención la persistencia del máximo dirigente del PRI en la entidad, Marlon Ramírez Marín, quien se ha convertido en fiel centinela del quehacer gubernamental por interés partidario desde luego, pero más por dejar en claro al pueblo veracruzano las corruptela y turbiedades de un gobierno, el “Gobierno de la Esperanza”, que resultó una farsa.
Los de Morena, con Cuitláhuac a la cabeza, han resultado malos para gobernar pero buenos, muy buenos para la uña y el ejercicio del poder con la peor ralea que encontraron en los antros.
Marlon ha hecho público que presentará una acción de inconstitucionalidad para que se realice la revocación del mandato en Veracruz y se aplique a los servidores públicos en cargos de elección popular, como el de gobernador del estado.
Esto a raíz de que los diputados de Morena, integrantes de la LXV en la reciente sesión ordinaria presentaron la iniciativa que busca que no podrán ser objeto de consulta popular: “la permanencia o continuidad en el cargo, de los servidores públicos de elección popular”.
Fácil, muy fácil se la encontró Cuitláhuac: meterse en las faldas legislativas para ocultar su ineptitud y rechazo ciudadano.
Es del dominio público que desde el arranque de su gobierno las más importantes empresas demoscópicas, en rigurosa consulta ciudadana, han encontrado, mes a mes, que el mandatario veracruzano se mueve entre los últimos cinco peores gobernadores de la república y que su talón de Aquiles es la corrupción, el nepotismo y la inseguridad.
Ello en los últimos 16 meses que es lo que lleva al frente de las instituciones, pero más recientemente –ayer 5 de mayo- Mitoksky lo consideró el peor entre 32 gobernadores en la atención a las medidas sanitarias para contener la pandemia de coronavirus.
Su empeño pues, es no perder el primer lugar de abajo para arriba.
Y uno piensa, qué le dirán su mamá y el arrogante de su padre Atanasio, cuando en las noches el párvulo Cuícaras llega a su casa y le preguntan “¿Cómo estuvo tu día, hijo?” y el responde ufano “¡Como siempre, muy bien!”. Y es que hay quienes opinan que Cuitláhuac, en su fuero interno está convencidísimo que es el mejor gobernador que ha tenido Veracruz.
Para los más, sin embargo, nos es difícil voltear a ver el libro de la historia de Veracruz plagada de prohombres, de patriotas que han ofrendado su vida, de poetas, literatos y músicos que nos han llenado de orgullo, de mujeres valientes que han cambiado la fisonomía de nuestra tierra, de veracruzanos distinguidos que han llegado a ser presidentes de la república… para luego vernos en el espejo de la realidad, de la mediocridad del perdedor, de que quien nos gobierna no sale de los últimos lugares por su ignorancia y ausencia de capacidad.
Por ello la urgencia de quienes, como Marlon Ramírez, apelan a la revisión y consulta de su mandato.
“Si los diputados que fueron arrastrados por la popularidad del gobernador para ganar sus distritos no confían en él –en alusión a Cuitláhuac García-, nosotros defenderemos el derecho del gobernador a perder la consulta ciudadana para la revocación del mandato en 2022”.
Ello es lo que argumenta el inquieto dirigente priista Marlon Ramírez, por cierto el único de la oposición que no se ha desaparecido del escenario político a pesar de la pandemia.
El punto es que para el 2022 falta mucho.
Por ello el ruido de las tribus y los factores de poder de la ciudad de México, amén del agotamiento ciudadano por el fracaso de Cuitláhuac, para que este diciembre Cuitláhuac deje la silla gubernamental y abra paso a quien con mayor sensatez pare la corrupción y saque del bache a Veracruz.
¡Dios quiera!
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo