Desde su concepción, CONVERGENCIA POR LA DEMOCRACIA, actualmente MOVIMIENTO CIUDADANO, su finalidad estaba bien definida, empoderar a la ciudadanía, ser un cauce para que los ciudadanos rompieran la hegemonía de caciques y líderes charros que solo representaban sus propios intereses, cuyas consecuencias eran desastrosas y generaban atraso en las diferentes regiones del país, con la idea de dar un Nuevo Rumbo a la Nación y caminar más de prisa hacia el progreso y bienestar, este instituto político fue precursor de la participación de los movimientos sociales regionales en la actividad política electoral, para que, en ese ejercicio se permitiera tomaran en sus manos la aplicación de políticas públicas que resolvieran sus deficiencias y problemas.
Esa particularidad, es precisamente, la que hizo posible que, en los congresos de las entidades, así como en el congreso federal y el Senado esos grupos sociales tuvieran representación, además, que lograran tener presidentes municipales y, como en el caso de Jalisco y Nuevo León, gobernaran en sus estados.
Movimiento Ciudadano ha sido un vehículo para la sociedad, ni duda cabe, en el mayor de los casos las representaciones y gobiernos exitosos, han sido aquellos que se han apegado a sus principios y programas de acción, de muestra un botón: Jalisco y Nuevo león han sido dos de las entidades con mayor número de creación de empleos formales https://www.eleconomista.com.mx/estados/edomex-jalisco-nuevo-leon-estados- empleos-formales-20250108-741018.html por supuesto que nada debe de ser suficiente y, no es el único rubro que debería evaluarse, pero, es un dato que persiste durante todo este tiempo en que han sido gobernados por autoridades emanadas del Movimiento Ciudadano.
Para que todo ciudadano deba ser postulado a un cargo de elección popular, se deben de cumplir ciertos requisitos y, de no estar impedidos, tienen derecho a votar y ser votados, sin embargo, el comportamiento y pendientes que tengan de manera individual son responsabilidades personales, en caso de incurrir en alguna conducta irregular el partido que los postule debe de pronunciarse para que se investigue con transparencia y acuciosidad, estos casos deben ser excepción y no la regla. En el caso de Movimiento Ciudadano esta ha sido su postura, con toda claridad han pedido que se investigue todo ilícito y aplicar la ley sin distingo.
Es de sobra conocido, el grave problema de inseguridad que se vive en todo el país y el crecimiento de la delincuencia, las consecuencias se viven en todos los ámbitos de la sociedad y en el caso de la actividad política ningún partido ha estado exento de incursiones en sus filas, la diferencia está en el trato que se le da a cada situación en el seno de esas instituciones, no es un problema que se deba abordar con ligereza como pretenden algunos seudo analistas en sus textos.
En lo que se refiere a la trayectoria de Dante Delgado, queda claro que ha sido el mejor gobernador de Veracruz, cuyo legado de infraestructura sigue de pie como columna del desarrollo que provocó, ante el ataque de que fue objeto queda la evidencia clara y concreta de que la venganza política de que fue objeto no resistió ningún proceso judicial, por el contrario, se demostró que fueron violentados todos sus derechos sin motivo ni razón, este Estadista ejemplar, es el único ex servidor público que ha ganado una demanda por daño moral al Estado Mexicano, cuya extracto de sentencia permanece en el portal de la Secretaria de la Función Pública https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/172495/EstractoDelFalloDeQuinceDeJ unioDeDosMilDieciseis.pdf, como parte de la sentencia reparatoria de su honor, todo lo que escriba o diga un resentido jamás tendrá peso, ni injuria que valga la pena analizar. Sus desavenencias con el poder han sido multicitadas, las consecuencias fueron una despiadada persecución de la que salió airoso, aunque quedan los resabios de los que viven algunos columnistas como Inocencio Yañez, quien presuroso, intenta obtener algo de su anquilosado teclado, no halla como mantener vigencia, llamar la atención o, aunque sea, recibir una mentada para sentirse parte del tinglado de la política, aunque ya su opinión cada día cuente menos.
JORGE MARIN BARRAGAN.
