Durante varios lustros hemos insistido en que el principal pivote de la economía mexicana, ha sido sin lugar a dudas la economía de los Estados Unidos de América, que con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), entre Canadá, este país y México, una vez más parece refrendarse con la incipiente recuperación Pos Covid-19 de nuestra economía, en este inicio del segundo semestre de 2020; de esta manera, México comienza un sinuoso camino hacia la restitución del poder adquisitivo de los mexicanos de apenas hace tres años, que para algunos analistas de prestigio, habrá todavía en tardar algunos años, antes de volver a los niveles de ingresos per cápita, de apenas hace tres años.
Lo anterior se observa a partir de datos duros, como el superávit histórico obtenido en julio de 2020 con los Estados Unidos, con lo que nuestro país logra posicionarse, al lograr una cifra récord de 10,639.1 millones de dólares de superávit en ese mes, que es precisamente cuando se inicia la entrada en vigor del T-MEC, que son el resultado de las exportaciones mexicanas hacia el vecino país del norte, por 29,087 millones de dólares, en tanto que las importaciones desde México, representaron un valor de 18,448.8 millones de dólares. Todo ello, con el antecedente de que en todo 2019, México ya se colocaba por primera vez como el principal socio comercial de Estados Unidos, al conseguir el año pasado, un superávit comercial anual de 101,400.6 millones de dólares.
Estas cifras solo nos dicen que el sector externo mexicano, es el activo más importante con el que cuenta en este momento nuestra economía, ya que ha ocasionado que mantengamos una cantidad de reservas de divisas, suficientes para soportar hasta ahora, cualquier embate especulativo a nuestra moneda, dándole una estabilidad que se ha conservado en los últimos treinta años.
De todas formas, existen otros indicadores que dan cuenta de que el sector externo de la economía mexicana, es por ahora puntal de su crecimiento económico; como dato colateral importante, está el hecho alentador derivado de que la inversión bruta fija haya crecido 20.1 % en junio de este año, con respecto al mes anterior, de este año, lo que indica que la economía mexicana se comience a recuperar, tras haber sufrido mínimos históricos en el mes de mayo.
Estos resultados positivos del desempeño económico de México, son sin lugar a dudas el resultado de que el sector más dinámico de la economía mexicana, sea el sector externo, que como se indicó anteriormente, ha podido ayudar a paliar los efectos de la pandemia de Covid-19, e impedido parcialmente, que se extendieran sus efectos nocivos a todo el país; sin embargo, esta parte sectorial de la economía mexicana, aunque sea muy importante, no es suficiente para evitar por ejemplo, que se genere un desempleo relevante, en el aparato productivo de las Pymes.
Por otro lado, es erróneo y contrario a la ortodoxia económica, que se impida por razones de carácter ideológico, la participación de grandes inversiones privadas, que generan confianza y empleos productivos, además de que en nada ayudarán a la recuperación de la economía mexicana. Por el contrario, se puede observar desde esta óptica, que el crecimiento de la inversión fija bruta, solo puede entenderse claramente, a que se debe y proviene su incremento, debido al efecto colateral del sector exportador privado y no público.
De acuerdo con el Inegi, es el rubro de maquinaria y equipo, el que reactivó de manera más pronunciada la inversión; de esta manera, en el bimestre de mayo y junio de este año, vemos que en el renglón de inversiones hubo un incremento de 25.8%, en tanto que las inversiones fijas relacionadas con el sector de la construcción también crecieron, aunque solo un 13.7%, en este período.
Resumiendo, todavía es muy pronto para ver las consecuencias que puede ocasionar tener una balanza superavitaria entre Estados Unidos y México, ya que lo que ahora se llama el T-MEC, tardó cerca de dos años en renegociarse precisamente porque se tenían este tipo de superávits comerciales a nuestro favor, estando a punto de cancelarse el acceso al libre comercio entre los países de América del Norte que lo firmaron, pero ahora con la renegociación del TLCAN, parece haber una mayor certeza. De todas formas, las firmas de estos tratados le han servido a México, para modernizarlo y convertir la mitad del país en una potencia exportadora, a nivel mundial. Nos falta la otra mitad.
Comentarios: linopereaf@yahoo.com (*) Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.