*L. Villavicencio exige disculpas a AMLO
*Discriminación: uno de los males del país
ACEPTAR PÚBLICAMENTE que desconoce qué es el
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y cuáles son sus funciones en el País, coloca al Presidente Andrés Manuel López Obrador en una posición de arrogancia radical o, en el peor de los casos, en un escenario de oscurantismo e ignorancia de la realidad no solo nacional sino internacional, pues no es secreto que el organismo es el responsable de diseñar las políticas públicas para combatir la discriminación (tan arraigada en México), promover el uso no sexista del lenguaje –tan común entre los MoReN0s-, introducir formas de comunicación incluyentes en el ámbito público y privado, además de promover el derecho a la no discriminación mediante campañas de difusión y divulgación pero, independientemente de lo anterior, su creación no es producto de una ocurrencia partidista, ya que desde el 20 de Febrero de 1975 México ratificó la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (ICERD por sus siglas en inglés), y reconoció la competencia del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD) el 15 de Marzo de 2002 para recibir y examinar quejas individuales (de personas o grupos) que aleguen ser víctimas de violaciones de los derechos estipulados en la Convención. Por lo tanto, le guste o no al Presidente, esté enterado o no de lo que es el Conapred, el Estado mexicano está obligado al cumplimiento de sus disposiciones a través de diversas acciones que garanticen el acatamiento de ese instrumento, aun cuando AMLO argumente no saber que existía, sino “hasta ahora que hubo una polémica por un comentarista de redes sociales que fue invitado para un debate, me enteré de que existe… ¿cómo se llama? –le pregunta a la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y ésta responde: “Conapred señor Presidente”. En suma, no es que los conservadores se hayan sacado de la manga la creación del organismo, sino que fue concebido por la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación aprobada el 29 de Abril de 2003 y publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 11 de Junio del mismo año. La reforma fue publicada en dicho Diario el 27 de Noviembre de 2007, y la más reciente adecuación fue promulgada el 20 de marzo de 2014, y de verdad que es una lástima que López Obrador, que se dice estadista, nacionalista, humanista y liberal desconozca algo tan vital para el País y la convivencia de los mexicanos como es el Conapred.
RESULTA TAN complejo e inadmisible para infinidad de mexicanos que son discriminados en el País que el Presidente ignore acaso, también, que el artículo primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prohíbe todo tipo de discriminación a fin de evitar anular o menoscabar los derechos y libertades de las
Personas, y que la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación tiene por objeto “prevenir y eliminar todas las formas de discriminación que se ejerzan contra cualquier individuo en el País. Y solo para matizar, es bueno saber que en su más reciente encuesta, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) en sociedad con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) revelan que en México el 20.2 por ciento de la población de 18 años y más declara haber sido discriminada en el último año por alguna característica o condición personal, tono de piel, manera de hablar, peso o estatura, forma de vestir o arreglo personal, clase social, lugar donde vive, creencias religiosas, sexo, edad y orientación sexual. Los motivos que destacan son principalmente forma de vestir o arreglo personal, peso o estatura, creencias religiosas, la edad y color de piel, y ese comportamiento se presenta en proporciones similares: 20.1 por ciento en mujeres y 20.2 por ciento en hombres, algo que no se podría combatir sin las mediciones que se realizan.
FUE TANTA la soberbia presidencial al declararse neófito en la materia, que hasta su propio partido le ha recriminado porque con su petulancia no solo daña a la institución, sino el recuerdo de activistas de izquierda como Gilberto Rincón Gallardo, un impulsor de la igualdad. Y ha sido la combativa morenista, Lorena Villavicencio, quien ya salió al paso de la absurda postura del tabasqueño, y por eso le pidió al Presidente Andrés Manuel López Obrador “reconsiderar y ofrecer una disculpa por sus declaraciones, en las que no sólo asegura desconocer al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) sino que minimiza su labor, y eso no sólo daña a la institución, sino también el recuerdo y buen nombre de todos aquéllos que lucharon por prevenir y eliminar todas las formas de discriminación y que promovieron la igualdad de oportunidades y de trato”. Por ello Villavicencio, coordinadora de la subcomisión de atención a Feminicidios de la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados, se pronuncia porque el Conapred no desaparezca tras la descalificación de AMLO, ya que es una de las instituciones producto de la lucha social.
AUN SE recuerda cuando en el 2006, luego de denunciar que le habían robado la elección presidencial, Andrés Manuel López Obrador mandó: “Al diablo las instituciones”, muy a pesar de haber aprendido en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM que las instituciones son las que hacen posible que el Estado funcione, y que los hombres y mujeres que están al frente deben ser servidores públicos apegados a las leyes y no de consignas políticas, y actuar solo conforme a una divisa: servir a los gobernados, a los ciudadanos, a la población toda sin distingo alguno, con la mayor eficiencia, con todos los recursos humanos, técnicos y financieros, con absoluta honradez, como él lo hizo como Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal.
NADIE DESEA pensar que la propuesta para desaparecer Fideicomisos, órganos autónomos o, en el peor de los casos, colocar al frente de esto a incondicionales, además de imponerles una severa austeridad en el gasto, sean parte de esos mecanismos con los que pretende cumplir su promesa del 2006, cuando molesto por no haber ganado la elección presidencial de aquel año mando al diablo a las instituciones, ignorando acaso que éstas, como los seres humanos, han ido evolucionando a través del tiempo, lo que ha permitido generar un orden y estabilidad social en donde cada miembro del grupo debe apegarse a ciertas normas y reglas, dando origen a la división del trabajo y a la organización de tareas y de roles; pero para que las instituciones se conformen deben reunir ciertas características como menciona en el artículo de Power, Van Schaik y Lehmann publicado en Philosophical Transactions of the Royal Society B en 2016: “La formación de las instituciones requiere intencionalidad compartida, el lenguaje y otras habilidades cognitivas en gran medida ausentes en otros primates”. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com