“La honradez es un vestido transparente.” – Proverbio español.
Se acabaron las raterías que propiciarán personajes como Eric Patrocinio Cisneros Burgos o el mismísimo primo incómodo del Cuitláhuismo, Eleazar Guerrero.
La Gobernadora Rocío Nahle García, dio un plumazo con la operación de las empresas de grúas en la entidad con el contubernio de los funcionarios de la Dirección General de Tránsito y Transporte.
Así con voluntad política y respeto a la palabra empeñada, la mandataria acabó con una red de delincuentes que operaban bajo el amparo que la misma autoridad les daba.
Aquellos negociazos por el arrastre de vehículos que por motivo de infracciones ejecutaron las pasadas administraciones quedaron en la orfandad.
Así la caja chica para delinquir y cobrar verdaderas extorsiones con la autorización del estado terminó.
La instrucción es clara y precisa, todo el personal operativo, de la Policía Vial o Agentes de Tránsito deberán conducirse con total apego a los Principios Constitucionales de disciplina, legalidad, objetividad, profesionalismo, honradez, lealtad, imparcialidad, integridad, rendición de cuentas, eficacia, eficiencia y respeto a los derechos humanos, señala el oficio SSP/SP/ DIC/ 011/2024 signado por el Contraalmirante Alfonso Reyes Garcés, secretario de Seguridad Pública.
Nunca en la historia reciente de las administraciones públicas veracruzanas había existido una orden tan clara y tan precisa respecto al correcto desempeño de las funciones del personal operativo con tareas de Policía Vial y Agentes de Tránsito.
Por el contrario, eran literalmente enviados a la calle a extorsionar, con plena autorización de los mandos responsables, al punto que llegaron a ejecutar acciones de secuestro exprés para en minutos vaciar las cuentas de ciudadanos trasnochados que fueran detenidos por delitos como la ingesta de alcohol o faltas de carácter administrativo.
So pena de ser amenazado si se incurría en la denuncia, pues tomaban fotografías a credenciales de elector a manera de amedrentar a los posibles inconformes.
Pero casos como ese ocurrieron por miles. Sin que nadie en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) hiciera nada por sancionar o castigar dichas prácticas.
Hoy la Gobernadora Nahle García envía un mensaje diáfano y contundente, no somos iguales, la política es un ejercicio que se debe ejercer con responsabilidad y compromiso, se viene a servir a la sociedad, no ha servirse de ella, y la prueba es la ejecución de dicha medida.
Ahora en paralelo habrá de ir a fondo y castigar a quienes hicieron de la extorsión un “modus operandi” para con ello terminar de enviar un mensaje transparente al respecto, pues la impunidad no será más un elemento o forma de ejercer el poder público.
Hasta ahora no ha habido una expresión que descalifique esta medida por parte de la ciudadanía o los diversos líderes de opinión en la entidad, que al contrario celebran el actuar de la mandataria que comienza a unificar criterios respecto a su desempeño a 9 días de asumir su encargo.
Al tiempo.
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