Peña Nieto, de plagiador a presidente

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Por Aristegui Noticias

 

El actual presidente de México plagió al menos a diez autores en su tesis para obtener el título de Licenciado en Derecho por la Universidad Panamericana. Uno de ellos fue el exmandatario Miguel de la Madrid Hurtado.

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Investigaciones Especiales

agosto 21, 2016 9:56 pm


La historia se remonta a 1991, cuando Peña Nieto presentó su tesis para obtener el título de Licenciado en Derecho por la Universidad Panamericana.Enrique Peña Nieto, el presidente mexicano con la aprobación más baja de las últimas décadas y que en este momento enfrenta la oposición a una de sus principales apuestas políticas, la reforma educativa, tiene una faceta que hasta ahora se desconocía: la de plagiador en su historia académica.

El político estudió en esa universidad privada entre 1984 y 1989. Cuando se tituló, tenía 25 años.

En diciembre de 2013, Peña Nieto subió a su cuenta de Instagram una foto del día que se graduó: vestido de traje, corbata roja y con el semblante serio, muestra su diploma de la Universidad, mientras es flanqueado por sus padres, quienes sonríen orgullosos.

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Su tesis, “El presidencialismo mexicano y Álvaro Obregón”, quedó integrada por 200 páginas y 682 párrafos.

Aristegui Noticias tuvo acceso a un amplio análisis de la tesis de Peña Nieto elaborado por un grupo de especialistas y académicos, quienes descubrieron que una buena parte de la tesis se realizó con materiales plagiados.

Este medio corroboró directamente en los libros y fuentes originales de cada uno de los párrafos analizados en el estudio y concluyó que el hoy presidente de México plagió al menos 197 párrafos de los 682 que integran el texto.

Es decir, por lo menos el 28.8 por ciento del contenido de su tesis de abogado fue robado de las obras de otros autores.

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El plagio más escandaloso es el que Enrique Peña Nieto cometió con una obra escrita por un antecesor suyo: Miguel de la Madrid Hurtado. A lo largo de su tesis nunca hizo referencia al expresidente y ni siquiera lo citó en la bibliografía.

Peña Nieto también se atribuyó palabras de al menos diez autores, entre ellos el historiador Enrique Krauze, y los doctores en derecho, Diego Valadés, Jorge Carpizo y Jesús Orozco Henríquez, actual integrante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y ex magistrado electoral.

De la Madrid, fallecido en abril de 2012, escribió el libro “Estudios de Derecho Constitucional”, publicado por la UNAM en 1977, y Peña Nieto reprodujo íntegros al menos 20 párrafos de ese título en su tesis.

Pero nunca mencionó al expresidente en su texto. Nada. Enrique Peña Nieto usó las palabras e ideas del hombre que lo antecedió en la silla presidencial 30 años atrás, como si fueran suyas.

En el capítulo IV de su tesis, titulado “El presidencialismo en la Constitución de 1917 y sus reformas”, Peña Nieto escribió:

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El hoy presidente copió uno tras otro los párrafos que aparecen de la página 36 a la 39 del libro del expresidente De la Madrid, quien gobernó México entre 1982 y 1988.

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Pero este no fue el único caso en que el actual presidente de México copió párrafos sin aclarar que no eran de su autoría.

Enrique Peña Nieto dedicó su tesis a sus padres, Enrique Peña del Mazo y María Nieto Sánchez, a sus tres hermanos y sus abuelos.

En la introducción de su tesis, el joven Enrique Peña Nieto invitó a sus lectores a hacerle comentarios: “El presente trabajo constituye el examen escrito para la obtención del grado de Licenciado en Derecho, por lo que agradezco a los lectores las observaciones que pudieran hacer al mismo”.

Veinticinco años después de que fue presentada, cualquier persona que quiera hacer observaciones a su tesis no las tendrá que dirigir a un joven recién egresado de la Universidad sino al hombre que hoy es presidente de México.

El asesor de tesis del joven Peña Nieto fue el doctor en Derecho Eduardo Alfonso Guerrero Martínez, actual magistrado del Poder Judicial de la Ciudad de México. En su currículum, se afirma que el funcionario ha dirigido más de 193 tesis y ha sido jurado en más de 367 exámenes profesionales.

En la revisión hecha al texto se evidenció que Peña Nieto también copió de manera textual párrafos completos de libros de Linda Hall, académica de la Universidad de Nuevo México; de los historiadores Enrique Krauze, Alberto Morales Jiménez, Víctor López Villafañe, José María Calderón y Emilio Rabasa; y también de los doctores en derecho Diego Valadés, José de Jesús Orozco Henríquez, Felipe Tena Ramírez y del fallecido jurista Jorge Carpizo.

A los mismos autores, Peña Nieto los citó de forma ocasional, no les atribuyó los párrafos que copió como si fueran de su autoría o rara vez usó comillas.

Por ejemplo, en el apartado 3.1 de su tesis, Peña Nieto contó la vida de Álvaro Obregón en 36 párrafos, pero 35 fueron copiados de manera exacta de dos libros: Hombres de la Revolución Mexicana, de Alberto Morales Jiménez, y Así fue la Revolución Mexicana, un compendio editado por el Consejo Nacional de Fomento Educativo, en 1985.

El ahora Presidente no aclaró la procedencia de los datos ni puso entre comillas ninguno de esos párrafos. Sólo al final, en el último párrafo, incluyó una cita al pie para mencionar los dos libros, sin aclarar que el contenido de las nueve páginas anteriores de su tesis eran párrafos que copió textuales.

Los pasajes de los libros que Peña Nieto seleccionó para su tesis suelen aparecer cortados de forma abrupta.

Por ejemplo, en la página 23, Peña Nieto plasmó cómo se creó la figura presidencial en México, a partir del borrador propuesto por el estadunidense Esteban Austin. Pero en realidad, el párrafo en el que describe ese acontecimiento es casi idéntico al escrito por el jurista Jorge Carpizo, en su libro “El presidencialismo mexicano”.

El libro original publicado por primera vez en 1978, Carpizo dijo lo siguiente:

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Peña Nieto lo tomó casi íntegro, pero cercenó una parte importante. Por alguna razón, decidió retirar de su texto de tesis la parte donde Austin proponía un sistema presidencial que contemple la posibilidad de remover al presidente en funciones “por malos manejos de fondos” o “crímenes de alta traición”.

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En el apartado 2.1 de la tesis, titulado “Benito Juárez: Dictadura Presidencial”, Enrique Peña Nieto plagió de manera casi textual seis párrafos del libro “Génesis del presidencialismo mexicano”, del historiador José María Calderón, publicado por Ediciones El Caballito en 1973.

También utilizó dos citas textuales de Justo Sierra, uno de los fundadores de la Universidad Nacional Nacional Autónoma de México (UNAM). Pero no las atribuyó al verdadero autor sino a otro historiador, Martín Quirarte.

Quirarte compiló una obra sobre la vida del presidente Benito Juárez. Las citas mal atribuidas corresponden a un artículo de Justo Sierra que fue rescatado por Quirarte en el libro “Relaciones entre Juárez y el Congreso”, que editó la Cámara de Diputados en 1973.

Al hacer su tesis, Peña Nieto no logró distinguir entre el prólogo que escribió Quirarte y los demás artículos que integran esa antología de textos, la cual incluye al mismo Justo Sierra y a otros historiadores como Daniel Cossío Villegas o José Fuentes Mares.

En el capítulo 2.3 “Dictadura Porfirista”, Peña Nieto plagió un párrafo casi textual del doctor en Economía, Víctor Manuel López Villafañe, quien es Director del Centro de Estudios sobre Norteamérica del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), a quien no citó ni siquiera en la bibliografía de su tesis.

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En este compendio de plagios, citas mal hechas y tramposas, hay más: en un apartado de sus tesis, Peña Nieto anunció al lector que haría un análisis de las reformas constitucionales durante el periodo 1921-1928, y para ese propósito tomó como base al académico de la UNAM, Diego Valadés.

Pero en vez de hacer una paráfrasis o entrecomillar los fragmentos de “La constitución reformada”, que Valadés publicó en 1987 bajo el sello de la UNAM, Enrique Peña Nieto decidió reproducir 40 párrafos íntegros a lo largo de veinte páginas de su tesis.

Solo en tres ocasiones, citó textualmente a Valadés con el crédito correspondiente.

En el análisis hecho por este medio, con base a los documentos entregados, se concluyó que además del plagio, Peña Nieto citó de manera incorrecta 51 párrafos -no los entrecomilló o fueron mal parafraseados-.

Además, en 18 ocasiones el joven Peña Nieto copió letra por letra las citas que el jurista Jorge Carpizo o el historiador José María Calderón, entre otros autores, entrecomillaron y citaron en sus libros para ilustrar sus argumentos, pero eliminó la referencia a dichos autores, por lo que aparece como si él los hubiera consultado de forma directa.

El resto de la tesis no ha sido posible identificar si es autoría de Peña Nieto o también producto de prácticas de plagio.

 

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En los registros de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Enrique Peña Nieto aparece con la cédula profesional folio 1629426, como Licenciado en Derecho.

Y aunque su currículum señala que también estudió una Maestría en Administración en el Tec de Monterrey, no hay registros de la cédula profesional correspondiente.

Especialistas consultados refirieron que la práctica del plagio es, de forma lamentable, una práctica recurrente en el mundo académico nacional. No obstante, el acto adquiere mayor relevancia al tratarse de un pasaje de la biografía de quien hoy ocupa la Presidencia de México.

A nivel internacional y nacional, existen casos en los que figuras de alto relieve en la política y la cultura se han visto afectadas al haberse descubierto que cometieron conductas similares.

A inicios de este año, el candidato a la presidencia de Perú, César Acuña Peralta, fue acusado de copiar páginas enteras de sus tesis de maestría y doctorado sin citar la fuente. Después del escándalo y de otras acusaciones, se retiró de la carrera presidencial.

En Alemania, el ministro de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg, perdió su grado de Doctor en Ciencia Política en 2011, después de que se descubrió plagio en su tesis. Poco después dimitió de su cargo como ministro.

En México, uno de los casos más sonados ha sido el del escritor Sealtiel Alatriste, quien tras numerosas denuncias de plagio, renunció en febrero de 2012 a la titularidad del área de Difusión Cultural de la UNAM y al premio de literatura Xavier Villaurrutia que acababa de ganar.

El Colegio de México, una de las instituciones académicas con mayor prestigio en el país, revocó el año pasado el grado de doctor a uno de sus alumnos tras comprobarse que su tesis era un plagio de un libro editado en Chile, en 1997.

La Presidencia de México, a través del vocero Eduardo Sánchez, y el área de comunicación social de la Universidad Panamericana fueron consultados acerca del contenido de este reportaje, pero no ofrecieron ninguna respuesta.

 

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La biblioteca de la Universidad Panamericana conserva tres ejemplares impresos de la tesis de Peña Nieto. Mientras que la Biblioteca Central, de la UNAM, tiene una copia más en formato de microfilm.

Ambas Universidades, en sus reglamentos y campañas, condenan el plagio entre sus estudiantes.

El artículo 114 del reglamento general de la Universidad Panamericana dice que está prohibido violentar derechos de autor o realizar cualquier otro comportamiento deshonesto o contrario a la ética profesional o académica, y dicha conducta será considerada grave.

La Facultad de Derecho de la UNAM, por su parte, mantiene una campaña contra el plagio entre su cuerpo estudiantil.

Esta casa de estudios establece: “Es inaceptable basar una porción substancial del reporte en el trabajo de alguien más. El propósito de utilizar el material de alguien más es para apoyar los propios argumentos”.

El 1 de abril de 2012, el expresidente Miguel de la Madrid falleció en la Ciudad de México, a los 77 años de edad.

De la Madrid estudió en Derecho en la UNAM y un posgrado en Administración en la Universidad de Harvard, y cuando dejó la presidencia fue director del Fondo de Cultura Económica (FCE), la principal editorial pública del Gobierno mexicano.

Enrique Peña Nieto, entonces candidato a la presidencia, acudió un día después al homenaje que se realizó en honor a de la Madrid.

Al salir, dijo a la prensa que el expresidente había dejado un gran legado y que se había dedicado a trabajar por México.

Aquel lunes 2 de abril, durante el homenaje póstumo, Peña Nieto guardó silencio de las aportaciones académicas de Miguel de la Madrid, a pesar de que la obra del expresidente fue parte sustancial de su tesis de licenciatura. Veinte párrafos, palabra tras palabra que reprodujo como si fueran de su autoría.

De la biografía de Enrique Peña Nieto se conocen varias cosas, incluyendo escándalos como la casa blanca; polémicas reformas como la educativa y la energética; así como su cercanía con las televisoras para llegar a la presidencia.

Pero lo que no se conocía del hoy mandatario mexicano es esta nueva historia que lo muestra como un hombre que pudo pasar de plagiador a presidente.

 

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