El domingo por la noche, luego del informe del presidente Andrés Manuel López Obrador, en el que anunció su plan “republicano” para paliar la crisis económica causada por la pandemia del coronavirus, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez se limitó a emitir un pírrico tuit de apoyo.
“Escuchamos con esperanza el #InformeDeGobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador y le decimos: cuente con el pueblo bueno de Veracruz para salir avante de esta contingencia.
Seguiremos colaborando con el Gobierno Federal para consolidar la Cuarta Transformación de México”.
De modo que lo escuchó con esperanza. ¿Es que entonces no cree o está convencido de que a un año y tres meses de gobierno el proyecto de AMLO es de una gran realidad, sólido, transformador, sino que es solo una esperanza? ¿No pudo haber dicho mejor que está firmemente convencido del proyecto sexenal, de su viabilidad, haber celebrado lo que ha logrado hasta ahora el gobierno de la 4T y ponerlo como ejemplo?
Me pregunto cuántos cree, de los poco más de 8 millones de habitantes, o del millón 600 mil que votó por él en 2018, que lo seguirían en este momento si hiciera un llamado a una demostración de apoyo a AMLO, o a cuántos incluiría él en ese “pueblo bueno de Veracruz” que mencionó.
¿Cuántos veracruzanos lo siguen o cuántos simpatizantes le quedan cuando las más recientes encuestas lo ponen entre los últimos siete gobernadores del país con más baja aprobación o entre los tres últimos gobernadores de Morena?
Ante la metralla de críticas a que está sometido AMLO es como para que el gobernador y todos los secretarios estuvieran ocupando los espacios mediáticos para destacar las cosas positivas del presidente y las bondades de su plan “republicano”.
Pero tampoco los presidentes municipales de Morena, ni los diputados ni los senadores veracruzanos de esa filiación política han salido en defensa de su presidente. Ni siquiera el aspirante a nuevo dirigente estatal el señor Estaban Ramírez Zepeta. Nadie.
Con trabajo defiende su causa
Estuvo ayer en el puerto jarocho el delegado federal de Programas para el Desarrollo, Manuel Huerta. Dijo algo que me llamó la atención:
“Solo serán dos municipios del estado: Veracruz y Coatzacoalcos, para que también se acaben esas ideas de que no somos un gobierno de todos y para todos, que no quede duda”.
Su expresión tenía que ver con un anuncio que hizo en el sentido de que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) firmará un convenio con el gobierno del estado y los ayuntamientos de Veracruz y Coatzacoalcos para iniciar un programa de mejoramiento urbano.
Lo explicó a la prensa. Es parte del proyecto del presidente López Obrador para generar empleos con inversión federal sobre todo ante la contingencia por la pandemia del Covid-19.
Coatzacoalcos está ahora en manos de Morena, pero Veracruz en manos del PAN, con un Yunes como alcalde: Fernando. En uno se trabaja en el proyecto Transísmico, el otro es un destino turístico por excelencia. Son dos ciudades con un gran potencial que pueden generar muchos empleos si tiene éxito lo que se anuncia.
Mencionó una inversión de mil 100 millones de pesos, precisó que el recurso está aprobado por el Congreso federal, que no se está deteniendo ningún programa de inversión y que todo se está haciendo sin aumento de impuestos y sin subir el costo a los energéticos.
Creo que esa es la mejor forma de apoyar al presidente ante la crítica de quienes no están de acuerdo con su política para enfrentar la crisis sanitaria y la económica.
Observo que Huerta no para. Anda por todo el Estado. Atiende a la prensa. Anuncia inversiones. Supervisa la entrega de los recursos de los programas sociales. Defiende su causa.
Rescata AMLO obra relevante en Coatza
Originalmente, cuando su esposo Javier Duarte de Ochoa colocó la primera piedra en 2016, el nuevo hospital de alta especialidad de Coatzacoalcos estaba previsto que se llamara Karime Macías Tubilla.
No bastaba con que ya la clínica-hospital de Villa Allende, de ese municipio, tenía ese nombre desde tres años atrás (el 10 de mayo de 2017 los habitantes quitaron las letras de la fachada y borraron el nombre).
Prácticamente todo quedó en el proyecto inicial, que, sin embargo retomó el entonces nuevo gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, quien decidió que cambiaría de concepto a materno-infantil.
En su bienio dejó concluida solo la primera etapa, la de la infraestructura, la llamada obra civil, pues no pudo equiparlo.
Tal vez porque lo había construido el enemigo político de la 4T, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez no le prestó atención y hasta el mes pasado no hizo ningún intento por equiparlo y ponerlo en servicio. Oficialmente ni siquiera ha sido inaugurado.
Ante la emergencia que se ha presentado, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho a un lado cualquier consideración política y el 22 de marzo decidió entregarlo al Ejército para que lo haga, a efecto de atender a enfermos de coronavirus.
El viernes pasado 3 de abril, el comandante de la 29 Zona Militar, Alejandro Silva Hernández, invitó al delegado del Gobierno de México en Veracruz, Manuel Huerta, a visitar las instalaciones y constató la eficacia de los hombres de verde para responder a la confianza del presidente: activaron ya la instalación eléctrica, del que carecía.
La obra material estaba lista desde noviembre de 2018, pero por los celos malentendidos de los políticos, por las mezquindades de muchos, se dejó abandonada expuesta al rápido deterioro por el salitre si no se le da uso y mantenimiento.
No era una obra de lujo, era para atender una prioridad de la población: la salud, originalmente de especialidades en general, luego materno-infantil y ahora reconvertido para atender Covid-19. Nunca fue un elefante blanco. Fue una desatención oficial del Gobierno del Estado.
Lo relevante, y lo quiero destacar, es que lo echan a andar, más cuando mi familia vive en Coatzacoalcos y tengo a varios de los míos trabajando en el sector salud, expuestos a un posible contagio por atender a los enfermos que llegan.
Es lamentable que hasta ahora, pero ante la emergencia lo importante e invaluable es que se rescate de inmediato, se equipe y se ponga en servicio. Nunca estará de más. Cuando pase la pandemia seguirá dando servicio, atendiendo enfermos, salvando vidas.
Ya se verá cómo se le nombra finalmente y hasta podría acudir el presidente a inaugurarlo oficialmente. Qué cosas: solo el Covid-19 ha logrado que se materialice un proyecto conjunto Miguel Ángel Yunes Linares-Andrés Manuel López Obrador. Uno hizo el cascarón, el otro lo está equipando, muestra de que es posible la unidad, tan necesaria para enfrentar juntos el peligro.
Cuando la obra la retomó Yunes Linares se dijo que estaba previsto contar con 90 camas, cuatro quirófanos, salas de urgencia, de terapia intensiva, laboratorio, gabinete de rayos X, tomógrafos y equipo de ultrasonidos, entre otras cosas, 90 camas tan necesarias como urgentes en estos tiempos. Bien por el presidente.