Proceso dice que las plantas huachicoleras en Veracruz eran como un elefante que se ocultaba a la vista de todos. El huachicol se maximizó gracias a Rocío Nahle
Todos, funcionarios, dependencias, vecinos y gobierno sabían de las supuestas plantas para el tratamiento de residuos de hidrocarburos. Estas plantas eran inspeccionadas constantemente, requerían permisos que primero les negaban, pero que después les otorgaban. Una de esas supuestas plantas estaba a pie de carretera en la zona de Coatzacoalcos, la otra se encontraba muy cerca de la vía, a unos metros de la presidencia municipal del municipio de Las Vigas. Como señala la revista Proceso en un reportaje de Flavia Morales, las plantas estaban “como un elefante que se esconde a la vista de todos”. El reportaje de la revista Proceso señala que estas plantas que en realidad eran centros de almacenaje y distribución de huachicol, es decir combustible robado, no podrían haber operado durante tantos años sin la colusión con las autoridades municipales y estatales. De hecho, la gobernadora Rocío Nahle, cuando fue secretaria de Energía tenía en sus manos un informe completo, de más de 300 páginas que le entregara León Trauwitz, exsubdirector de Salvaguardia Estratégica de PEMEX. Sobre ese informe entregado en manos de Rocío Nahle, León Trauwitz señala: “Pudieron haber solucionado muchas cosas, pero no lo hicieron, al contrario el robo se maximizó”. La gobernadora de Veracruz señala que ella nunca recibió ese informe, sin embargo el tráfico de huachicol en Veracruz, como bien señaló el general Eduardo León Trauwitz, se maximizó. El huachicol en México, como se ha reportado en los últimos decomisos, dejó de ser el negocio de unos pobladores que con cubetas acarreaban el combustible. El huachicol en México ya es un negocio trasnacional, en el que se utilizan buques, tanques de ferrocarril y grandes centros de almacenaje y distribución, como los de Las Vigas y Coatzacoalcos. Algo que pudo evitar Rocío Nahle, pero dejó que se maximizara.
¿Cómo ha de estar el prestigio de Rocío Nahle que hasta Rosario Robles la agarra de trapeador? “Los miserables son otros”, le dice la Robles a Nahle
Rosario Robles, exsecretaria de Desarrollo Social (Sedesol) y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) durante el gobierno de Enrique Peña Nieto enfrentó acusaciones relacionadas con el caso conocido como “La Estafa Maestra”. La señora Robles fue acusada de ejercicio indebido del servicio público. Como funcionaria federal no denunció el desvío de más de 5 mil millones de pesos destinados a programas sociales, a través de convenios con universidades públicas y empresas fantasma. Pues esta mujer, que estuvo presa tres años en el penal de Santa Martha Acatitla, también se fue en contra de la gobernadora de Veracruz, quien llamó “miserables” a los que opinaron sobre el acto “miserable” de pretender minimizar la muerte de una maestra jubilada. Señala la expresidiaria sobre Rocío Nahle: “La gobernadora se atrevió a decir “les guste o no murió de un infarto”, como si esta situación atenuara la barbarie a la que fue sometida. Con indolencia y total impunidad desdeñó la inseguridad que asola a esa entidad y al crecimiento exponencial que ha tenido la delincuencia organizada. Demostró que el sello del oficialismo es la incapacidad de sentir empatía y compasión por el dolor que atraviesan las familias mexicanas debido a la creciente ola de violencia que atraviesa nuestro país. En realidad, los miserables son otros. Porque es de canallas presentar un médico que no es legista para avalar lo dicho y exonerar con ello a los criminales que secuestraron a la maestra Irma, así como no mencionarla por su nombre y decirle ‘esta persona’ minimizando este acto atroz”. ¿Cómo ha de estar tu prestigio a nivel nacional como para que alguien como Rosario Robles te agarre de trapeador?
Un feminismo de ocurrencias. Dejar de llamar viaducto al viaducto para ponerle “viaducta”. La trascendencia no se alcanza con futilezas
El esfuerzo de algunas feministas por trascender a través de “futilezas” merece una reflexión crítica. Por un lado está el esfuerzo que algunas feministas ponen a ciertas cuestiones aparentemente triviales, como la estética, la moda o el lenguaje cotidiano. Estos esfuerzos resultan superficiales frente a problemas reales de las mujeres como la desigualdad salarial o la violencia de género. Estas “futilezas” a veces desvían la atención de luchas más urgentes, diluyendo el impacto del movimiento feminista en debates que no siempre resuenan con las necesidades materiales de las mujeres, especialmente en contextos marginados. Esto lo decimos porque nos enteramos que desapareció el mural creado en 2020 por el grupo “Colectiva Unidas” integrado por Oriana Ávila, Andrea Lira, Teresa Miranda, Ivania Smith, Sofía Perusquia y María Teresa, estudiantes de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana (UV). Un mural que tenía un valor estético que muchos apreciamos. Resulta que las autoridades del ayuntamiento de Xalapa y el Instituto Veracruzano de las Mujeres pretenden convocar a un grupo de mujeres para que presenten un proyecto de mural que decore esta vía urbana. Todo bien hasta ahí. Sin embargo, entre estas grandes ideas no falta por ahí una ocurrencia. Resulta que una feminista pretende cambiar de nombre el viaducto; pretende que una vez realizado el mural el viaducto sea llamado “viaducta”. Que triste sería dejarse llevar por un feminismo que piensa que la trascendencia se consigue con futilezas. Si le hacen caso mañana esta feminista va a pedir que el Palacio de Gobierno se llame “palacia”.
Armando Ortiz Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra