Son muchas las expectativas sobre lo que podemos esperar del nuevo Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos de América, Canadá y México (T-MEC), pero lo cierto es que aunque no es una panacea, es un acuerdo que debe ser digno de tomarse seriamente en consideración, porque su ámbito de influencia es tanto regional como de trascendencia global para nuestro país, por lo que se espera que se siga conduciendo con resultados similares a los del anterior TLCAN, que ha llegado a representar la fuerza económica de comercio más relevante de todo el mundo; en el caso de nuestro país, llegó a constituir casi un 90 % de nuestro comercio internacional.
El anterior porcentaje, quiere decir que tal vez arriba del 10% de nuestro comercio exterior, se realiza con el resto del mundo, de los cuales hay 46 países del mundo, que están representados en otros doce tratados de libre comercio. De donde podemos deducir que hay más de ciento cincuenta países, con los que podríamos realizar transacciones internacionales, ya que tradicionalmente hemos realizado transacciones internacionales solo con países como Japón, China, India, Inglaterra, Alemania, Italia, Suiza, Corea del Sur y otros, pero podemos comerciar con centro y Sudamérica, los países árabes y los países africanos, con los países emergentes del sudeste asiático, adicionalmente a los del bloque de la Cuenca Asia-Pacífico.
Es evidente que el mercado internacional para México requiere de mecanismos y apoyos de gobierno, como en otros países exportadores, para que se puedan comercializar más fácilmente nuestros productos globalmente; sin embargo, tiene que ser una labor consensuada de mediano y largo plazo, donde se valore y tome en cuenta que lo que importa es exportar con valores agregados a las exportaciones, que generen miles de empleos, no solo con nuestras materias primas, si no con productos, mercancías y servicios conteniendo alto valor añadido, apoyando y estimulando los nuevos sectores ligados al e-commerce y utilizando ya las nuevas tecnologías de la información, que procure integrar a las Mipymes mexicanas.
Los desafíos tecnológicos a futuro, de la nueva era del conocimiento, estarán ligados también a los sectores de la biotecnología, la nanotecnología, la industria espacial, las tecnologías inalámbricas y móviles, la inteligencia artificial, la aplicación de las tecnologías biomagnéticas, el cuidado del medio ambiente, la preservación del agua, el reciclaje de todo lo que se produzca, la protección y preservación de la salud de la humanidad, la utilización de energías limpias en detrimento de las fósiles, la recuperación de los ecosistemas ya dañados, el incremento de los sistemas alimenticios, de seguridad y bienestar social, etc.
Todo lo anterior y mucho más, son los desafíos que enfrentará la humanidad en los próximos años, que estarán ligados directa e indirectamente a las economías de cada país, que por lo que toca a México, su situación geográfica privilegiada en el mundo, además de ser un país bioceánico, colindante con la primera potencia del mundo, que forma parte del bloque económico más importante a nivel mundial.
Por otra parte, hay sectores de la economía mexicana que contribuyen significativamente al PIB mexicano, como el de las remesas de los migrantes, producida por una fuerza de trabajo muy responsable, son entre otras ventajas, parte de los muchos sectores que ayudarán a nuestro país, a superar la crisis actual.
Volviendo al T-MEC sorprende que, en la visita de nuestro gobierno a Washington, de los acompañantes de nuestro primer mandatario pareciera que no hubo empresarios del sector industrial mexicano, si no que todos fueran del sector de los servicios, pero que tampoco estuvieran representadas las cámaras y organismos empresariales más relevantes, de la industria exportadora de México. Esperemos que estas fallas se corrijan, ya que todo parece indicar que no se invitaron a los más interesados.
Decíamos al principio de esta columna que nadie espera que el T-MEC sea una panacea, si bien su contribución al bienestar de México a través de los años, no está a discusión; de esta manera, lo más relevante es poder entender como una población productora de bienes y servicios, se puede beneficiar para lograr que la venta de sus productos en el exterior sea más exitosa, lo que no es sencillo, pero tampoco imposible. La experiencia de muchos años, es que hay países que ya desarrollaron una cultura importante de exportación, mientras que para otros es todavía materia de aprendizaje.
Por otro lado, los jóvenes (baby boomers, milenials y centenials), ya traen dentro de su bagaje cultural y operativo, una variedad de habilidades y herramientas, anteriormente consideradas sofisticadas, pero que en nuestros días, pueden ser consideradas para desarrollarles una cultura práctica de exportación, de manera amena y sencilla. Esta última consideración, es lo que permite esperar que el nuevo T-MEC, tenga un desarrollo muy importante en los siguientes diez años en nuestro país.
El propósito del presente documento, es señalar que también los tres niveles de gobierno deben adquirir una cultura exportadora moderna, en virtud de que resultará de fundamental apoyo a sus economías locales, regionales y nacionales. De acuerdo a los tiempos que corren del COVID-19, un instrumento para recuperar los trabajos perdidos de la población ahora desempleada, es comenzar por atraer inversiones productivas nacionales y extranjeras, con el auspiciado de los gobiernos; de aquí, las actividades exportadoras, ligadas al T-MEC en los municipios de México, son muy importantes.
Como última consideración, las entidades federativas y los municipios costeros de México, así como los productores tienen que adquirir la capacitación necesaria en materia de comercio exterior, para que puedan beneficiarse del T-MEC, como se sugiere en el proyecto marco MAPMARYPOR, que incluye aplicaciones sectoriales y regionales; asimismo, se esperan difundir sus diversas características generales, que se tratan en la próxima publicación del proyecto marco nacional en cuatro volúmenes, donde el primer volumen se podrá subir a la red Internet, para difundir los proyectos iniciales, que deben implementarse para su comienzo de inmediato, en Tabasco, Oaxaca y Veracruz.
Comentarios: linopereaf@yahoo.com (*) Maestro en Ciencias y Doctor en Economía por la London School of Economics and Political Science, de la Universidad de Brunel y la Universidad de Londres, Inglaterra.