El viernes anterior, día en que se cambió la Legislatura local, el ex alcalde y ex diputado Tito Delfín Cano llegó al Congreso y anduvo deambulando sin más compañía que su soledad. Pasó tan desapercibido que no hubo reportero que se le acercara. ¿Qué fue a buscar? Lo que haya sido no lo encontró.
Pero el sábado le fue mejor porque se registró como candidato a la presidencia estatal del PAN llevando como compañera de fórmula a la senadora Indira Rosales San Román. A pesar de que su candidatura sonaba desde días atrás, su registro hizo que los panistas levantaran las cejas. ¿Qué hace un sujeto como Tito buscando la dirigencia del partido con el negro historial que carga?
Te comento lector. Tito Delfín fue dos veces alcalde, primero de José Azueta de 2005 a 2007 y luego de Tierra Blanca durante el periodo 2011-2013. En su toma de protesta tuvo como invitado de honor al gobernador Javier Duarte que dijo que independientemente de las siglas partidistas, Tierra Blanca y Tito Delfín tendrían todo el apoyo del gobierno estatal.
Pero apoyos aparte, en 2013 fue denunciado ante la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos por Servidores Públicos por el desvío de 7 millones 220 mil pesos. En febrero del 2014 ya siendo ex alcalde, fue denunciado por una constructora a la que defraudó con 3 millones 500 mil pesos. También lo señalan de haberse echado a la bolsa 40 millones de pesos que serían para una planta tratadora de aguas residuales que nadie ha visto.
Hasta donde se sabe, ni ha aclarado y mucho menos ha devuelto los millones que presuntamente se birló. Tito fue gente de Joaquín Guzmán Avilés e incluso votó por él para la presidencia del PAN, pero ahora es gente de Miguel Ángel Yunes. Sobre esto se comenta que para su conversión se manejaron millones de razones.
“Miguel Ángel puso como candidato a Tito a sabiendas de los señalamientos judiciales que enfrenta porque no le importa el partido ni el mismo Tito. Es capaz de canjearlo por su hijo (Miguel Ángel junior) en riesgo de ir a la cárcel por falsificar documentos oficiales. Si encarcelan a Tito Indira sería la candidata. Ese no es problema para él, lo que quiere es dividir y debilitar. De otra forma no se explica uno que le haya ordenado a la suplente de Indira, Fabiola Velázquez, que se pasara a Morena. Pero si pretende dividir y regalar a nuestro partido no le vamos a dar gusto”, sentenció un distinguido panista.
En días pasados Joaquín Guzmán Avilés comió con el Grupo de los Diez y les dijo que buscaría reelegirse como presidente del PAN. Medio en broma le comenté que sólo con los votos de su natal Tantoyuca (uno de los bastiones panistas más grandes) ganaría con facilidad la contienda. Me contestó que con esos votos “y otros poquitos de Xalapa, Veracruz, Boca del Río y otros municipios”. “Veracruz y Boca son bastiones yunistas” le repliqué. “Ya no tanto, ya no tanto” fue su contestación.
Y en efecto, ya no tanto.
Este miércoles hablé telefónicamente con un panista jarocho que me dijo: “Si lo que queremos es que se vayan los ladrones de Veracruz, no podemos escoger a uno como presidente de nuestro partido. Eso no le importa a Miguel Ángel que traicionó al PAN al regalarle un escaño en el Senado a Morena. Es un escaño que nos resta presencia en la Cámara Alta y que le hace mucha falta a los veracruzanos. Aquí el voto está dividido y ojalá pierda Tito”.
¿Qué va a pasar?
Si gana Joaquín Guzmán seguirá la alianza rumbo al 2024 con amplias posibilidades de llevarse la gubernatura. Pero si ganan los alfiles de Miguel Ángel, la alianza se romperá y perderá Veracruz. ¿Perderá Veracruz? Si lector porque serán otros seis años de honestidad incorruptible de Morena quizá con una zacatecana en Palacio de Gobierno.
Pero también perderá Miguel Ángel Yunes Linares porque si algo tienen los morenos es que no saben agradecer favores. Y menos de quien le dijo loco y viejo guango a su patriarca desde la Plaza Lerdo de Xalapa.