RAZÓN Y FE: EL CAMINO HACIA DIOS. (I)

’07/08/2025’
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Octingentésimo aniversario del natalicio de Tomás de Aquino.

Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.

En la historia de la cultura universal, Tomás de Aquino es un clásico ineludible. No importa si se profesa alguna fe o no, leer al aquinate es una obligación moral. Lo anterior lo afirmo por varias razones, en el presente trabajo dedicado al erudito teólogo iré explicando algunas. De entrada, la tradición cristiana tiene una enorme influencia en nuestras vidas. Nacemos inmersos en su doctrina, conceptos y forma de vida. Basta pensar que desde niños nos llevan a la iglesia, nos hablan de Dios, su hijo Jesús, la muerte y resurrección de éste. La biblia es un conjunto de libros que ubicamos desde temprana edad, el diablo como representante del mal es un ser tan influyente en nuestra cultura como el propio Dios. E incluso, muchas veces es más nombrado que Dios. En fin, esta propensión hacia Dios y la fe es un tema casi casi inherente al hombre. Para Tomás de Aquino es un tema connatural al hombre y precisamente en su obra: “Suma de teología” se encargó de demostrar que la razón y la fe no están distanciadas, al contrario, gracias a la razón podemos acercarnos a Dios y comprender de manera profunda no sólo su existencia, asimismo, su grandeza y la enorme necesidad que tiene el hombre de encontrarse con él. Vayamos a conocer parte de la obra.

La “Suma de teología[i] es una de las obras fundamentales del aquinate. El lector debe saber que, si bien la obra es muy voluminosa, ésta quedó incompleta. Pese a ello, en el libro se abordan los temas pilares de la fe cristiana. Tomás fue un erudito de esos de deveras, por lo mismo en la obra en cada apartado temático nos encontraremos con un sinfín de citas bíblicas y con referencias de filósofos como Platón, Aristóteles, Agustín de Hipona, Pedro Lombardo, entre muchos más. Lo anterior con la intención de robustecer lo que el autor sostiene. Además, como el trabajo tiene el plan de explicar a través de la razón la fe y sus múltiples temas: Dios, el hombre, la salvación, Tomás cita a la filosofía tan influyente para confirmar que la razón conduce a Dios.

Un punto importante que debe quedar claro es el siguiente: el libro se va componiendo con la siguiente estructura: Cuestión, donde explica el tema central del apartado, inmediatamente éste se desarrolla mediante artículos, los artículos son utilizados hasta que se agota todo el eje temático planteado en la cuestión. Cada artículo posee la siguiente subestructura: La pregunta central a debatir. Sobre la pregunta el autor escribe objeciones, regularmente van contra lo expuesto en la pregunta central que se debate. Acto seguido, Tomás cita a una autoridad que escribió para defender o atacar la temática. Después escribe su propia solución, la cual es la postura indiscutible del teólogo, y, al final responde a las objeciones, naturalmente yendo contra ellas y confirmando su postura final. Aunque la anterior estructura puede parecer complicada, créanme que no lo es. Tomás de Aquino fue un sabio que escribió con claridad, sencillez, y cualquier lector puede comprender lo que enseña. En total escribió 90 cuestiones, en el presente trabajo integrado por 4 artículos, se seleccionarán las que se consideren muy relevantes y las explicaremos incluyendo nuestras propias reflexiones entre paréntesis. Así que ingresemos al universo de la obra deteniéndonos en la:

“Cuestión 2, artículo 3, donde se realiza la siguiente pregunta: ¿Existe o no existe Dios?

Objeciones por las que parece que Dios no existe:

1.- Si uno de los contrarios es infinito, el otro queda totalmente anulado. Esto es lo que sucede con el nombre de Dios al darle el significado de bien absoluto. Pues si existiese Dios, no existiría ningún mal. Pero el mal se da en el mundo. Por lo tanto, Dios no existe.” (Aparece otra objeción, sólo trascribo ésta porque es la que me interesa analizar en la parte final.)

“Citando a la autoridad: En cambio está lo que se dice en Éx. 3,14 de la persona de Dios: Yo existo.

Solución del autor: La existencia de Dios puede ser probada de cinco maneras distintas. (Las explica detalladamente, me permitiré sólo desarrollar dos posturas bellísimas.) La primera y más clara es la que se deduce del movimiento…Todo lo que se mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo que es movido por otro se mueve, necesita ser movido por otro, y éste por otro. Este proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven más que por ser movidos por el primer motor. Ejemplo: un bastón no mueve nada si no es movido por la mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que nadie mueve. En éste, todos reconocen a Dios.” (Sabemos que Aristóteles ya había sostenido que existe un motor inmóvil increado y creador de todo lo demás, Tomás de Aquino utiliza esta idea del filósofo estagirita, mas, aquí ya no es un Dios ambiguo o pagano, sino el Dios del mundo judío-cristiano.)

La segunda postura afirma qué: De donde se deduce que la existencia de Dios, aun cuando en sí misma no se nos presente como evidente, en cambio si es demostrable por los efectos con que nos encontramos.” (Los efectos son fáciles de ubicar, no hace falta que los explique el autor, ejemplos abundan, en lo personal, cuando veo la naturaleza me resulta imposible creer sólo en la explicación científica; el mar, el sol, la luna, el movimiento de las esferas, naturalmente me conducen a Dios. Cada uno puede creer en lo que más le plazca, para mi esa perfección natural que asombra es creación de un ser llamado Dios. De hecho, ni me lo imagino, ni siquiera me interesa imaginármelo, sólo lo percibo, lo siento, me provoca admiración, respeto, aclarando que no soy religioso, ni me interesa, lo que no evita que sienta sus efectos.)

Al final de la cuestión 2 en este artículo 3, Tomás de Aquino responde a la objeción que arriba se plantea de la siguiente manera: “Respuesta a las objeciones: A la primera hay que decir; escribe Agustín en el Enchiridion: Dios, por ser el bien sumo, de ninguna manera permitiría que hubiera algún tipo de mal en sus obras, a no ser que, por ser omnipotente y bueno, del mal sacara un bien. Esto pertenece a la infinita bondad de Dios, que puede permitir el mal para sacar de él un bien.” (Desde luego que Agustín, y ahora Tomás de Aquino, se esforzaron por argumentar y responder a todos los cuestionamientos que pretendían poner en duda los fundamentos lógicos de la fe y la existencia de Dios. Algunas respuestas pueden ser más sólidas que otras, algunas satisfarán, otras nos parecerán ridículas, evasivas o autoritarias. Empero, todo dependerá de la postura personal en cuanto a la temática planteada. Por ejemplo, en lo particular no culpo a Dios por las guerras, las enfermedades, las crueldades, tampoco cuestiono su existencia por el mal. Considero que la herramienta del libre albedrio es poderosa y nos obliga a tratar de ser hombres de bien. Sin la voluntad de elegir qué camino seguir, ¿dónde estaría nuestro mérito?, ¿cuál sería el sentido de la vida si no tuviéramos que elegir libremente? Dios otorgó al hombre la ciencia del bien y del mal, la capacidad de razonar, conocer, comprender. Esto es algo valioso y aquí se encuentra el verdadero sentido de la vida. Imagínese levantarse y vivir como un ángel, (si es que existen), sin problemas, sin dilemas, sin elecciones, sólo contemplar en una tranquilidad abrumadora. Sé que estoy pensando como humano, es lo que soy y hasta que muera es lo que seré, luego entonces, vale más situarnos en lo que somos para transitar hacia lo que realmente podemos hacer y ser, con este ejercicio estaremos más en paz con la naturaleza y con Dios.)

Así concluye la cuestión 2: “sobre la existencia de Dios”. En los siguientes artículos seguiremos analizando más cuestiones con diversos ejes temáticos, por ahora sólo queda demostrado que en la “Suma de Teología” de Tomás de Aquino, la razón y la fe no estás distanciadas y que ambas conducen a la contemplación de Dios.

 

Correo electrónico: miguel_naranjo@hotmail.com

Twitter@MiguelNaranjo80

Facebook: José Miguel Naranjo Ramírez

 

 

 

 

 

 

 

 

[i] El libro que se utiliza es: “Suma de teología”, (selección), Tomás de Aquino, Editorial Gredos, Coleccionables 2014. Traducción cedida por la Biblioteca de Autores Cristianos.

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