“Octingentésimo aniversario del natalicio de Tomás de Aquino.”
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
La cultura grecolatina y el cristianismo son dos tradiciones fundamentales en occidente. Es indudable que el cristianismo utilizó la razón filosófica nacida en Grecia para explicar las razones de la fe. Lo anterior no significa que personajes como Pablo de Tarso, Agustín de Hipona o Tomás de Aquino, literalmente trasladaron las ideas de la filosofía al cristianismo, no, más si emplearon el método de la filosofía. Además, varios de los argumentos y fundamentos que utiliza Tomás de Aquino, parten de algunos libros de Aristóteles como “La metafísica”, “La ética”, entre otros. Empero, el sólo hecho de que se pretendiera dar una explicación lógica sobre la existencia de Dios, la fe, la salvación, etc., fue un gran progreso en la doctrina cristiana. Tomás de Aquino es el filósofo que logró ese propósito a plenitud. Lo anterior lo seguiremos analizando en su obra: “Suma de teología”.
En la cuestión 3, artículo I, Tomás de Aquino pregunta: “Dios, ¿es o no es cuerpo?” Aquí el aquinate escribe cinco objeciones donde se sostiene que Dios si tiene un cuerpo, que no podamos verlo es otro asunto, pero que la propia biblia señala que Dios es corpóreo. Por ejemplo: en la objeción dos, literalmente escribe: “Más aún. Todo lo que tiene figura es cuerpo, pues la figura es una cualidad con respecto a la cantidad. Dios parece que tiene figura siguiendo lo escrito en Gén I, 26: Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra. La figura también es llamada imagen según aquello de Heb I, 3: esplendor de gloria y figura de su sustancia, esto es, imagen. Por lo tanto, Dios es cuerpo.”
El lector debe recordar lo que se señaló en el artículo anterior[1], que las objeciones tienen el fin de crear cierta controversia en la cuestión planteada, desde luego que están bien fundamentadas, tal como lo podemos percibir en la antes transcrita. Ahora bien, inmediatamente Tomás de Aquino rebate esas objeciones primero con lo que señala alguna autoridad, en este caso lo hace con la propia biblia: “En cambio está lo que dice Jn 4, 24: Dios es espíritu.” No queda la menor duda que sobre esta idea el autor escribe su propia postura afirmando que Dios no es corpóreo. Lo interesante de esta cuestión está en que el debate que se resuelve es sobre postulados que se encuentran en la propia biblia, además, la valía estriba en que el teólogo explica con sólidos argumentos porqué la existencia de Dios no es corpórea y su interpretación deja en claro la idea bíblica, cito su respuesta a la objeción arriba anotada: “A la segunda hay que decir: se afirma que el hombre es imagen de Dios no en cuanto cuerpo, sino en cuanto que el hombre supera a los otros animales. De ahí que el Gén I, 26, después de decir: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, añade: para que domine sobre los peces del mar, etc. El hombre supera a todos los animales por su razón y entendimiento. De ahí que por su razón y entendimiento, que no son corpóreos, el hombre está hecho a semejanza de Dios.”
La cuestión 3 tiene una amplia relación con la cuestión 44 titulada: “Sobre las criaturas en cuanto procedentes de Dios y sobre la primera causa de todos los seres.” Este tema para resolver lo abre con el artículo I preguntando: “¿Es o no es necesario que todo ser haya sido creado por Dios?”
Aquí el autor apunta tres objeciones, en las tres niega que todos los seres hayan sido creados por Dios. Fundamenta estas objeciones citando a Aristóteles, transcribo la tercera objeción: “Todavía más. Todo lo que tiene causa puede demostrarse a través de ella. Pero en las matemáticas no hay demostración por la causa agente, como dice el filósofo en III de Metaphys. Así, pues, no todos los seres proceden de Dios como de su causa.” La autoridad con la que rechaza la objeción es con la biblia: “En cambio está lo que dice en Rom II, 36: De Él, por Él y en Él existe todo.” Y partiendo de esta cita bíblica, Tomás de Aquino comparte su postura y solución a la controversia: “Es necesario afirmar que todo lo que existe de algún modo existe por Dios…Por lo tanto, es necesario que todas las cosas, menos Dios, no sean su propio ser, sino que participen del ser, y, por lo tanto, es necesario que todos los seres, que son más o menos perfectos en razón de esta diversa participación, tengan por causa un primer ser que es del todo perfecto. Por eso Platón dijo que es necesario presuponer la unidad antes que la multitud. Y Aristóteles en II de Metaphys., dice que lo que es en grado sumo y verdadero también en grado sumo es causa de todo ser de todo lo verdadero; así como lo que es caliente en grado sumo es causa de todo lo caliente.”
Como puede observarse, la tesis central es que todas las cosas son creadas por Dios. Asimismo, si bien la objeción la fundamenta citando a Aristóteles, la solución que va contra la objeción la encuentra en la autoridad de la biblia y la fortalece con Platón y el mismo Aristóteles. Esto es importante observarlo porque nos muestra que Tomás de Aquino no está casado con autoridad alguna, al contrario, si tiene que contradecir a Aristóteles, lo hace. Si tiene que aclarar un texto bíblico que contradice o puede confundir un valor mayor de la fe, lo hace sin prejuicio alguno. Esto que se ve tan fácil y sencillo, por supuesto que no lo es, se necesita poseer una formación muy amplia, documentada, para poder estructurar todo este saber que desarrolla cuestión tras cuestión en la obra. A lo anterior permítaseme agregar la siguiente reflexión.
El hecho de que Tomás de Aquino, basado en la biblia y la doctrina teológica establecida hasta su tiempo por la iglesia, sustente que el hombre es creación divina; éste es un acto clave en el desarrollo del ser humano en sociedad. Al ser el hombre creación divina, el origen le otorga de automático dignidad, igualdad, libertad. No olvidar que bajo esta concepción el hombre es imagen de Dios. Aquí teológicamente se logra un cambio sustancial con el mundo precristiano, concretamente con el mundo grecolatino. En la culta Grecia y en la poderosa Roma, la esclavitud fue una institución establecida y aceptada. Ahora el paradigma cambiaba radicalmente. Todos, absolutamente todos, al ser hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza, pasaban a ser iguales, ¿cómo se podría justificar la esclavitud por naturaleza en un mundo cristiano? Verdad es que pese a estos postulados de Tomás de Aquino, se siguieron cometiendo abusos, se continuaron tratando como esclavos a muchos seres humanos, basta recordar que la propia iglesia en el nuevo mundo no ayudó con la intensidad que debió hacerlo a liberar a los hombres, cierto es que existieron figuras como Fray Bartolomé de las Casas y Fray Toribio de Benavente “Motolinía”, quienes defendieron a los nativos y obligaron a las autoridades a reconocerlos y otorgarles protección y derechos, más, el abuso y la explotación se mantuvo, lo que no resta mérito a lo estipulado por Tomás de Aquino. E incluso, la importancia de su obra radica precisamente no sólo en fundamentar la fe, sino en atacar los fanatismos, prejuicios e intolerancia, en su otra obra clave titulada: “Suma contra los gentiles”, literalmente escribe:
“Algunos tienen tal confianza en su razón que creen poder imponer a la naturaleza divina la medida de su inteligencia. Creen que la totalidad de lo verdadero se reduce a su opinión y que lo falso es aquello que no les parece verosímil. La revelación nos libera de esa presunción al reducir a sus proporciones nuestra modesta búsqueda de la verdad, recordándonos todo aquello que excede la capacidad de la razón. Finalmente, contra aquellos que querrían limitar el horizonte de las cosas humanas, hay que recordar, cuanto sea posible, las palabras de Aristóteles: el hombre debe elevarse hacia las realidades divinas e inmortales.”
Así que nunca debemos olvidar que el ser humano es creación divina y ese acto le otorga dignidad, igualdad y libertad. Razón inapelable defendida por el genio de Tomás de Aquino.
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[1] https://puntoyaparteonl.com/2025/08/06/razon-y-fe-el-camino-hacia-dios-i/