Reforma electoral, batalla difícil

’04/08/2025’
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La Reforma Electoral es la madre de todas las reformas del actual sexenio, luego de haber concluido una de las herencias más complejas en la política nacional, que fue la del Poder Judicial, cuyas labores inician en septiembre, la cuestión electoral se convierte en la esencia del nuevo gobierno, en materia de reformas constitucionales.

Dicha reforma marcará la diferencia entre dos sexenios, al mismo tiempo que otorgará identidad a la continuidad de la 4T.

Es decir, hay estilos personales de gobernar aún en un mismo partido, como sucedió por muchos años en México; sin embargo, venir de un movimiento social, es precisamente la población la que empuja, acelera o detiene los procesos y los proyectos del gobierno.

Quienes quieren ver una copia del sexenio anterior, se equivocan; quienes quieren ver ruptura con el gobierno anterior, también se equivocan. La política no puede verse de esa manera tan simplista.

Así, la reforma electoral viene con una gran contundencia y la creación de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, encabezada por Pablo Gómez Álvarez, habla de que no se admitirán errores. La reforma debe manejarse con precisión quirúrgica desde su propuesta, porque será plasmada en la Constitución.

Desde hace meses se han abierto mesas de discusión para que gremios, partidos y asociaciones discutan este procedimiento que empieza en unas semanas su debate parlamentario y deberá ser impecable, por lo menos en su propuesta.

Sabemos que, aunque le convengan las reformas a la oposición se niega a aprobar algo que no haya sido idea de ellos, pero sus ideas todavía las están esperando en el Congreso. No llegan.

Esto quiere decir que no se trata de una imposición sino el resultado de la opinión de quienes asistieron a los debates, donde la oposición se negó a asistir y no puede obligarse a nadie a vivir en democracia.

La Presidencia informó que la comisión elaborará un diagnóstico profundo sobre el modelo electoral y de partidos para confeccionar una reforma que se ajuste a los tiempos. Deberá ser una reforma horizontal, sin una voz más importante que la otra y un diseño donde armonicen todas estas propuestas que tendrán como resultado una nueva manera de elegir a los representantes del pueblo.

Desde ahora personajes de la oposición afirman que la Presidenta quiere un modelo electoral a modo. El senador, Ricardo Anaya considera que en la vida todo está mal menos lo que dice él, no quiso participar en los foros de consulta.

La comisión creada por la presidenta no tiene la intención de imponer criterios electorales sino de analizar figuras como la representación popular y mecanismos de participación ciudadana, que han sido un grave problema para la oposición, sobre todo porque nunca le quedó claro el tema de la mayoría absoluta que llamó sobrerrepresentación.

Anteriormente, la propuesta de Morena en materia electoral, fue transformar la figura de la representación en el Congreso, la oposición se negó: Y fue con esa ley , que la oposición no quiso cambiar, la que otorgó la mayoría absoluta de Morena en el actual Congreso. Pero sigue argumentando que hubo robo de curules.

La reforma electoral tiene la intención, desde que fue anunciada, de terminar con los legisladores plurinominales, figura que surge de la necesidad de que las minorías fueran representadas, aunque no obtuvieran los suficientes votos de la población. Ahora, esta condición se ha viciado y se convierte en el pase automático de líderes y sus consentidos y consentidas para convertirse en diputados y senadores, sin experiencia ni conocimiento de sus atribuciones.

Otra de las propuestas urgentemente necesarias de la reforma electoral es la reducción del financiamiento de los partidos políticos, que sólo enriquecen a los líderes, como sucede todavía con algunos secretarios generales de los sindicatos. Las tareas de los partidos que son esenciales como la participación, la creación de talleres, la comunicación con los gremios, la elaboración de programas de apoyo a la ciudadanía, nunca se llevaron a cabo, pero sí utilizaron el dinero destinado a esos objetivos. El colmo fue que en la oposición ni siquiera se preocuparon por formar cuadros. El monopolio de las candidaturas era de un grupo reducido de personas que pasaba de ser diputado a ser senador, luego, presidentes municipales y regresaban al Congreso a volver a ocupar cargos anteriores, impidiendo el acceso de las nuevas generaciones al gobierno, por eso sufren tantas derrotas.

Seguramente se ha considerado subir el porcentaje de votación para otorgarle a los nuevos partidos un límite mayor. Es decir, hasta ahora es el 3 por ciento de la votación emitida, el mínimo necesario para tener registro condicionado. Pero con esta regla ha habido muchos partidos que tienen corta vida y que se les sigue sosteniendo en municipios o representaciones menores, de forma innecesaria.

Al mismo tiempo se le exigiría a los nuevos partidos solidez y penetración en la sociedad, porque cuando inician el partido, mucha de la participación y de la afiliación es comprada, y como no vuelven los organizadores hasta se olvidan del nombre del partido nuevo.

Por lo menos el porcentaje para que una organización política pueda empezar a competir en las urnas debería ser del 5 por ciento, como una manera de depuración de ideas propuestas, ideologías y proyectos, que hasta ahora brillan por su ausencia.

PEGA Y CORRE.- La gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, creó una beca, con recursos públicos, llamada Formación Profesional de Corta Estancia en Washington D. C., que otorgó a 9 estudiantes, egresados de universidades particulares, cuando hay en la sierra Tarahumara cientos de niños que no saben leer y escribir…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.

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