Conforme al calendario constitucional de los relevos municipales, vuelto rutina democrática, el próximo día 31 de este mes concluye, en XALAPA, el periodo de gobierno de Hipólito Rodríguez, para dar lugar a la administración que presidirá Ricardo Ahued, a partir del día 1 de enero del Año Nuevo. Es una obviedad decir que todo gobierno tiene un plazo, que lo que hizo o dejó de hacer quedará registrado como logro o pendiente y que la ciudadanía encontrará las maneras de emitir las calificaciones respectivas. Hace falta un balance sereno de lo que fue un gobierno ampliamente mayoritario emanado del partido morena. Eludir en lo posible la polarización entre el triunfalismo, si lo hubiera, y la descalificación tajante, que si existe, a la hora de opinar sobre lo que fue este gobierno saliente. Para aprender de las alternancias municipales es indispensable basar los juicios en datos, evidencias y abordar la labor del Cabildo más allá de sus formalidades burocráticas. Sostengo que la crítica a Hipólito y su comuna proviene principalmente de una crisis de expectativas, ya que la gente esperaba mucho más de ellos, por la apuesta en ideas providenciales. Pero también por su lejanía respecto de la ciudadanía. No hay que buscar mucho para descubrir que la mayoría de Ediles son desconocidos, que se van como llegaron, anónimamente; eso implica que no fueron parte en lo general de nuestra vida pública y que no hicieron más de lo rutinario y burocrático.
En realidad es poco lo que la ciudadanía recibe del Ayuntamiento, a excepción de las obras públicas cuyo número, más o menos, es similar a los de cualquier administración precedente. El agua se paga y no siempre es potable, la recolección de desechos se paga, cualquier obra particular paga los permisos, las actas se pagan, los puestos pagan, etc.. En lo que respecta a movilidad y seguridad ciudadana hay un brutal abandono. Se cuenta con una policía municipal pero como si no existiera pues está subordinada a la Secretaria estatal en la materia. Todos los días, a todas horas, sufrimos atropellos en los retenes policiales y con los operativos de las grúas. Son arbitrariedades que se cometen a la luz del día y delante de todos sin que haya una postura e intervención del Cabildo, omiso y dócil. En esa situación radica la principal falla de la Ediles salientes. No quisieron ir más allá y adoptar una postura digna y autónoma, dejando en la indefensión a los xalapeños. Sin esa labor, que requiere determinación, este gobierno municipal se puede considerar como uno más en nuestra historia. Si ellos creen que hicieron la gran transformación es que están engañados o aprendieron a simular con perfección.
Ya se van, no pasó algo relevante que merezca reconocimiento especial. Sin exagerar se puede decir que fue un fracaso del partido morena. Solo el nombre y prestigio de Ahued evitó que perdieran en las recientes elecciones. Ahora el tiene una segunda oportunidad de estar al frente del Ayuntamiento xalapeño. Por su experiencia, sensatez y honestidad es de esperarse un mejor gobierno, que sea más abierto y cercano, que no se maneje con criterios partidistas ni siquiera en los colores de identidad institucional pues no gobernará para los de un partido si no para la pluralidad social. Ricardo Ahued, también carga con enormes expectativas, debe estar a la altura de ellas y consciente de lo que eso significa. Tendrá que defender la autonomía municipal, ya vimos el estilo frívolo e irrespetuoso con el Cabildo de las autoridades estatales. Deberá ponerse al frente del resto de Ediles en la defensa de los derechos y la seguridad de la ciudadanía. Ellos son la primera instancia oficial a quien la gente acude o no para exponer sus problemas o pedir auxilio. Son importantes las obras, la austeridad y la participación ciudadana, sin duda, pero lo que marcará su gestión serán los asuntos de autonomía y el papel del Cabildo en los asuntos de seguridad ciudadana y la movilidad urbana. No es difícil afirmar que superará al Presidente que concluye su encargo, eso parece relativamente fácil. Los problemas son otros, y más con las expectativas creadas. Si sale en defensa de la ciudadanía ante los atropellos y robos policiales y de tránsito, marcará diferencia y habrá valido la pena que incursiones nuevamente en la presidencia de Xalapa.
Recadito: a mis pacientes y fieles lectores les deseo un feliz año 2022.