Alertó Pepe Yunes que la del próximo año será una elección de Estado y por ello “sumamente difícil, complicada”.
Lo que entiendo que quiso decir es que la oposición se va a enfrentar al gobierno de Morena en sus tres instancias, federal, estatal y municipal, con todos los recursos que tiene, de todo tipo, que son todos.
Lo dijo él, que de política sabe lo que dice, y sabe muy bien lo que es una elección de Estado, porque ha sido hombre de poder político, que ha estado en el poder político, desde el que vio cómo se opera una elección de Estado.
Me parece una actitud realista y responsable de su parte advertir al resto de la oposición y a los ciudadanos que no están de acuerdo con Morena a lo que se enfrentan.
Para empezar, es bueno que no cree falsas expectativas y que no le gane la tentación de proclamar que no solo él va a ser el candidato de la oposición, sino que va a ganar la elección.
Tiene razón en celebrar el interés de los ciudadanos en participar en un diseño para que los mejores veracruzanos, hombres y mujeres, encabecen el frente opositor, sin hacer alusión a un partido político concreto ni a una persona determinada.
Hay buenos candidatos, sin duda, mejores incluso que los de Morena, o por lo menos sin tantos negativos, como es su propio caso, pero les pesa su partido, en su caso las siglas y los colores del PRI.
Por eso la candidatura tiene que surgir por iniciativa ciudadana, si bien en acuerdo con los partidos, pero la oposición cometerá un grave error si toman una decisión cupular o de acuerdo con los intereses de unos cuantos.
Pepe fue muy claro, además. Se vence solo en unidad y esta se alcanza trabajando con transparencia y con claridad.
Lo que los dirigentes de los partidos y los aspirantes tienen que empezar por reconocer es que los tiempos cambiaron y las circunstancias también.
Por ejemplo, veo que se han estado movilizando, haciendo campaña sin estar en campaña, al viejo estilo: con los mismos de siempre, pero sin tratar de movilizar a los ciudadanos, a los indecisos, a los jóvenes.
También los veo que andan por todo el estado, pero sin un programa de propuestas concretas para decirnos cómo piensan resolver los graves problemas que afectan a la población.
Muchas son solo críticas lo mismo al presidente que al gobernador, críticas sobre cosas que ya sabemos, o bien están a la espera de ver qué errores cometen los gobernantes para colgarse de eso, pero no creo que con ello vayan a despertar el interés y la conciencia ciudadana y menos a ganarle al partido del gobierno, que es el gobierno mismo.
Considero que para la oposición la elección no solo será sumamente difícil y complicada, pero hubiera sido bueno escuchar que Pepe matizara: pero no imposible.
Si un electorado se pinta solo, ese es el veracruzano. Cosa de recordar que cansado de los gobiernos del PRI, teniendo como cereza del pastel el de Javier Duarte, el 6 de junio de 2016 los veracruzanos derrotaron al entonces candidato oficial Héctor Yunes Landa.
Fue un punto culminante del Revolucionario Institucional. Luego de 86 años de mantener el poder lo perdía ante la alianza que conformaron el PAN y el PRD. Le ganaron al candidato del gobierno.
Dos años después, decepcionados de la administración panista, que como ahora la de Morena despertó muchas expectativas y esperanzas de un Veracruz mejor, de nuevo los veracruzanos derrotaron al candidato del gobierno, Miguel Ángel Yunes Márquez. Esta vez ganó la alianza Morena-PT-PES.
O sea, los veracruzanos demostraron que sí se puede, y una consideración que se haría ahora es por qué ahora no se va a poder.
Cuando he platicado con personajes influyentes de Morena, no creen que nadie derrote a sus candidatos a partir de que el presidente López Obrador está derrochando todo el dinero posible entre el electorado disfrazado de programas sociales.
Se basan en todo lo que ya se está dando y en lo que van a dar, como el aumento a las pensiones de los adultos mayores. Sin duda, es un elemento de mucho peso contra el que no hay argumento posible para pensar que no va a influir entre el electorado.
Pero considero que el mismo gobierno va a abrir una rendija, que se puede convertir en un verdadero boquete por el que le puede llegar una derrota inesperada, si finalmente confirma la imposición presidencial en una candidata que no es veracruzana, sino zacatecana.
Si Pepe habla de la necesidad de una candidatura ciudadana en la oposición, en Morena no la tienen. La señora Rocío Nahle es producto de un dedazo del presidente López Obrador, para el que, para nada, se ha tomado en cuenta a los veracruzanos.
Ahí está un filón que bien trabajado puede redituar políticamente mucho a la oposición. Un filón enriquecido además por el escándalo de la construcción de la refinería de Dos Bocas, que la zacatecana deja inconclusa, sin producir la gasolina para la que se está construyendo, con la opacidad en el otorgamiento de contratos en forma irregular por 5 mil millones de pesos, con el señalamiento de actos de corrupción y con hasta el doble del costo que iba a tener originalmente.
Una nota de Héctor Usla en El Financiero, hizo pública una declaración de Luis Chavarría, CEO de Kepler Oil and Gas, quien dijo que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público confirmó que la refinería terminará costando entre 16 y 17 mil millones de dólares, lo doble del presupuesto original de 8 mil millones de dólares, por lo que su retorno de inversión se proyectará hasta dentro de 80 años, cuando su proyección inicial era a 30 años.
Pero apuntó que para entonces ya no habrá mercado de gasolinas y diésel, “por lo que parece haber sido más un capricho que una decisión colegiada”. Señala además todos los retos logísticos que enfrenta.
Pero si todo eso no fuera suficiente, la oposición puede explotar muy bien ante los veracruzanos que no se sabe de que quien supuestamente quiere venir a salvar Veracruz haya hecho algo alguna vez en beneficio del estado y de su población.
Elementos para competirle a Morena los tiene la oposición, pero parece que no le corre prisa en organizarse y por lo mismo en definir quién será su candidato o candidata.
Ahora mismo, entre hoy y mañana, cuando Morena defina los aspirantes que participarán en la encuesta que definirá al candidato, tendrá otro elemento más: el de la división que va a quedar entre los guinda.
A lo que habría que sumar la ayuda que sin querer les está dando Manuel Huerta, quien no baja el tono de sus críticas contra el gobierno de Cuitláhuac García y de su candidata Rocío Nahle, cuestionamientos que merece la pena seguir comentando, lo que en mi caso volveré a hacer.
¿Qué esperan entonces los opositores para actuar?