El 19 de abril del año anterior fueron acribilladas en una palapa de Minatitlán 14 personas que asistían a una fiesta familiar, entre ellas un niño de un año de edad. Siete días después, el presidente López Obrador dijo en ese municipio: “Vengo a Minatitlán a decirles: ¡No están solos, tienen el respaldo, el apoyo total de su gobierno, el Gobierno de la República!” Y eso fue todo.
Cuatro meses después, el 27 de agosto, ocurrió otra masacre, pero esta vez en Coatzacoalcos en un antro llamado El Caballo Blanco donde perdieron la vida 31 personas. En esta ocasión López Obrador dejó que pasara el tiempo y fue hasta junio de este año que a pregunta expresa respondió: “Tiene que haber justicia, debe de haber justicia. La justicia puede ser que tarde, pero va a llegar”. Y también eso fue todo.
Ah no, no fue todo. Horas antes de que aterrizara en Coatzacoalcos, agentes de la Fiscalía General de la República y de la Fiscalía General del Estado, llegaron al Caballo Blanco que estuvo acordonado nueve meses e hicieron como que se pusieron a trabajar. Pero una vez que se fue el presidente, levantaron su tinglado y también se fueron. Y ahora sí eso fue todo.
Ayer se cumplió un año de aquella masacre y no hay un solo detenido y tampoco esperanzas de que se aclare. Familiares de las víctimas marcharon por las calles de Coatzacoalcos para exigir una justicia que quién sabe cuánto llegará. Si es que algún día llega.
Al gobernador Cuitláhuac García lo han increpado en un par de ocasiones, pero eso y nada es lo mismo porque con el gobernador no se cuenta.
Este jueves estuvo en Poza Rica donde últimamente se ha incrementado la violencia y no fue a darle seguridad a los ciudadanos, sino a espantarlos con sus declaraciones: “No permitiremos ajustes de cuentas de grupos delincuenciales. Vamos a estar vigilantes y a dar con todos los que se disputan lo que llaman plaza, mismas que incluyen otros municipios como Tihuatlán y Coatzintla”.
Dios quiera y me equivoque, pero temo que los malos le contesten entre hoy y mañana como lo han hecho en otras ocasiones: con más asesinatos.
No sólo Minatitlán y Coatzacoalcos son casos pendientes, también está el caso de Papantla donde en abril asesinaron a dos mujeres y dos menores; el de Playa Vicente donde fue acribillada una familia lo mismo que en Pánuco. Y el más reciente en Altotonga, donde fue asesinada otra familia y una de las víctimas fue una niña de ocho años.
¿Se resolverán estos casos? Con estas autoridades la verdad no veo por dónde. La seguridad, la justicia y el combate a la impunidad son asignaturas que resolverá otro gobierno y no este. ¿Por qué? pues por lo pésimo que han resultado para gobernar.
No cabe duda que estamos fritos lector, checa el dato. Tenemos a uno de los peores gobernadores del país, pero al que tiro por viaje le levanta el brazo el presidente. Tenemos una Fiscal inepta como Verónica Hernández Giadáns, a la que a cada rato alaba el gobernador. Tenemos un Secretario de Gobierno como Eric Cisneros detestado por corto de ideas, peleonero e incapaz. Y tenemos a un Secretario de Seguridad Pública como Hugo Gutiérrez Maldonado, que nomás no da una.
Es decir, tenemos a tres hombres y una mujer ocupando los puestos de mayor relevancia en este gobierno, pero que han sido un gran fiasco.
Y ahí están… ahí siguen.
Y no, no es que estemos fritos, estamos refritos porque mínimo van a durar en sus cargos cuatro años más.
Critica el PRI la doble moral
Otro que también estuvo en Poza Rica, sólo que el pasado martes, fue el líder estatal del PRI Marlon Ramírez Marín. En esa ciudad petrolera atestiguó la toma de protesta de los titulares de las presidencias y secretarías generales de los comités municipales de los distritos de Tuxpan, Álamo, Tantoyuca y Pánuco, y anunció la convocatoria para la renovación de los comités seccionales en la entidad.
También aprovechó el viaje para manifestar: “Es reprobable que hoy tengamos gobiernos con doble moral, que cuando señalan a enemigos los condenan, y cuando son familiares los protegen”. Esto en relación al doble discurso en la presidencia de la República usado por el alcalde de Poza Rica, para defender a su hijo, quien ha agredido a mujeres y periodistas continuamente.
Marlon lamentó que una ciudad como Poza Rica, “zona rica, asolada por los problemas de inseguridad, de salud pública, por los problemas económicos, tenga una administración municipal con familiares que amedrentan a periodistas y lastiman la función de quienes se dedican a informar a la gente”.
Una de las agredidas por Francisco Javier Velázquez Straffon, hijo del alcalde de Poza Rica, Francisco Javier Velázquez Vallejo, es la periodista Lidia López Castañeda. Y ante estos hechos reprobables, el alcalde no ha hecho otra cosa que proteger a su hijo.
Marlon señaló que este Gobierno que ha desaparecido programas y apoyos, no es el gobierno del cambio que prometió, o el de la esperanza que iba a combatir la corrupción.
Lamentó que ante la pandemia del Covid-19, el gobierno federal gaste 160 mil millones de pesos en el Tren Maya y no tenga la sensibilidad de apoyar al pueblo. “¿No hubiera sido mejor apoyo con empleo temporal a la gente de Poza Rica, Papantla, Coatzintla, Chumatlán Mecatlán, Filomeno Mata, Tamiahua, Cazones o Cerro Azul?”.
Sobre los nuevos dirigentes de los 22 comités municipales, a quienes les tomó protesta este día, Marlon Ramírez les reiteró que deben salir a la calle con la frente en alto, hablar bien del PRI, de todo lo que construyó, y a defenderlo. “Si tú permites que ofendan al partido una vez, lo van a ofender siempre, así que hay que ponerles un alto, porque tenemos mucho que presumir de lo que hemos hecho en este estado y en este país”, finalizó el dirigente.