Desde el Café
Una estampa que lo pinta de cuerpo entero
Bernardo Gutiérrez Parra
Cuando la madrugada del 2 de diciembre del 2018 Andrés Manuel López Obrador se despertó ya como presidente de la República, fue enterado que un día antes, cuando se terció la banda presidencial, se reportaron 63 asesinatos violentos en el país, pero nada de qué preocuparse. Uno de sus corifeos escribió que era cuestión de tiempo, de poco tiempo, para que la política de abrazos no balazos diera resultados “y México recupere la paz y tranquilidad que tanto anhela”.
¿Y qué pasó?
De entonces a la fecha las muertes violentas oscilan entre las 87 y 92 cada 24 horas, que suman más de 194 mil hasta este martes en que se registraron 45. Y eso lo puso la mar de feliz.
“Fue el tercer día de toda la administración con menos homicidios registrados”, dijo el presidente hecho unas pascuas. Y aunque reconoció que el promedio diario de asesinatos es casi el doble, aseguró que se han reducido los delitos y los homicidios.
Eso sí, para no perder la costumbre se fue otra vez contra los conservadores, seguramente porque no han dimensionado la proeza que debió representar para su gobierno que el martes “sólo” hubiera 45 homicidios dolosos repartidos en 18 estados. “Eso no les importa, no lo internalizan, les entra por un oído y les sale por el otro por su enojo, por su dogmatismo y su fanatismo conservador”, dijo.
Y qué quería, ¿que le organizaran una manifestación multitudinaria en el Zócalo para aplaudir su atinada política de seguridad?
Estoy seguro que sí lector, que eso quería. Pero hasta para sus más fieles seguidores debe ser vergonzoso que su ídolo presuma de la disminución de asesinatos en tres ocasiones. Y bonitamente olvide la pesadilla que viven los mexicanos con 87 o 92 asesinatos casi todos los días.
Por donde se mire, su política de seguridad fracasó estrepitosamente. Y si se llega a comprobar que apoyó, aunque sea por omisión a los delincuentes, que se olvide de un pedestal a lado de Juárez, Madero y Cárdenas, porque la historia lo aventará sin contemplaciones a la cloaca de los traidores a la patria.