El que el 8 de marzo fuera declarado internacionalmente para ser dedicado a las mujeres del mundo, tiene su origen en diferentes acontecimientos ligados a la lucha obrera , principalmente, que hacen recordar hechos sangrientos que recoge la historia en especial de los años 1857 en Nueva York, 1886 en Chicago y 1908 nuevamente en Nueva York según datos de libros, revistas e investigaciones históricas, que hemos tenido a nuestro alcance.
El hecho más emblemático es el de 1857, en el que varios centenares de obreras de la fábrica Cotton Textil Factory, de Nueva York, al reclamar mejor trato por parte de los dueños de la empresa, reducción de la jornada laboral de 16 a 10 horas diarias, aumento de salarios y mejorías en el ambiente laboral, dieron a conocer públicamente sus demandas y se declararon en huelga tomando las instalaciones. Los propietarios al verse evidenciados, en lugar de atender sus peticiones, cerraron las puertas de la fábrica, las dejaron dentro y prendieron fuego a las instalaciones pensando que con eso ellas saldrían atemorizadas. Pero no fue así, las obreras se mantuvieron dentro y murieron más de 100 mujeres en ese atentado.
Este hecho, como otros, fue borrado de la historia del sindicalismo de los Estados Unidos y, por esta razón, la historia es confusa en cuanto a datos, porque se trata de acontecimientos incómodos que los gobiernos intencionalmente los eliminan de su historia.
Otro ejemplo que hace evidente la opresión hacia la clase trabajadora es la masacre de obreros y obreras efectuada por la Policía norteamericana en la Plaza Haymarket de Chicago, los días 3 y 4 de mayo de 1886, que en virtud de este hecho se declara el 1º de Mayo, en todo el mundo, como el Día Internacional de los Trabajadores o Día Internacional del Trabajo, en memoria de los mártires asesinados. Lo lamentable del hecho es que en la Plaza Haymarket no existe ni una sola placa, ni un monumento indicativo de esos acontecimientos, lo que explica que es intencional el no recordar hechos que dejan en evidencia el sistema de explotación y de represión existente en ciertos países.
Existe otro hecho de represión laboral femenina en los Estados Unidos en el año de 1908 y de ahí que surja nuevamente la confusión de la fecha respecto a la masacre de obreras del siglo XIX. Se indica que el primero de marzo de 1908, también en Nueva York, hubo otra huelga de varios centenares de obreras, las cuales exigían aumentos salariales, mejoras en las instalaciones internas y solicitaban impedir el trabajo infantil en la misma fábrica en que ellas laboraban. Las manifestaciones en las calles entraron en choque frontal con la Policía siendo reprimidas y, dado que el hecho también fue minimizado, no se tiene registro de cuántas mujeres fueron asesinadas o lastimadas en esos hechos.
Sin embargo la primera declaratoria como Día Internacional de la Mujer trabajadora (como originalmente se instaura), se da hasta 1910 en Copenhague, Dinamarca en la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, a propuesta de la dirigente comunista alemana Clara Zetkin (1857-1933) quien fuera miembro de la Internacional Socialista de Mujeres y fundadora en 1907 , en su natal Alemania, de la Sección Femenina del Partido Socialdemócrata con la pretensión de no olvidar los crímenes o genocidios empresariales contra las mujeres trabajadoras. En aquel momento, la propuesta fue aprobada unánimemente por más de 100 mujeres procedentes de 17 países[1].
Como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague el Día Internacional de la Mujer Trabajadora , se celebró por primera vez en febrero de 1909 por parte del Partido Socialista de América y el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines femeninos en donde estas exigían el derecho de voto para ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
Es hasta 1975, en el seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que todos los Estados oficialmente incorporados, finalmente admiten discutir la denuncia de aquellos crímenes fatídicos de las obreras de Nueva York, pero, no es hasta 1977 en que se logra que su Asamblea General emita la resolución No. 32/142, mediante la cual proclama el 8 de marzo como Día Internacional de la mujer.
Estos sucesos tuvieron grandes repercusiones en la legislación laboral y en las políticas públicas de muchos países del mundo y desde entonces, esta conmemoración ha sido propicia para hacer un balance de las deudas con las mujeres y para externar sus demandas y legítimos anhelos.
En la actualidad, se significa la fecha para hacer consciencia sobre la importancia de empoderar a las mujeres en todos los contextos , para que de esa manera, sepan proteger sus derechos y puedan alcanzar su potencial valorándose como personas útiles tanto en lo privado como en lo público, incluyendo la necesidad de eliminar la brecha salarial que hace que estas no reciban la misma remuneración, trato igualitario y de acceso a los puestos de liderazgo y mejores condiciones laborales[2]. De igual forma para visibilizar la desigualdad y discriminación que padecen las mujeres en el mundo, en especial aquellas que viven los conflictos armados -guerras injustas-, que las ha obligado a abandonar sus países, dejando a sus familiares vivos o muertos y a la tierra que las vio nacer. Así mismo, para recordar a los gobiernos de sus países que estas siguen siendo acosadas, violentadas, y asesinadas por el hecho de ser mujeres, y que no ha sido suficiente la acción del Estado, para detener la ola de violencia e inseguridad que amenaza permanentemente a la sociedad en general.
Por eso, esta fecha sin duda debe ser algo más que el recuerdo de una masacre, debe ser una fecha para reflexionar si en nuestro país las mujeres han avanzado y son respetadas como se merecen independientemente de su edad, género, etnia y condición social. Porque son muchas “las flores” que echan los políticos en los discursos, pero que no sirven de nada si no se materializan en beneficios reales para las mujeres y sus familias, en lo social, en lo económico y en el político.
Por estas y muchas más razones, este 8 de marzo estaré de corazón con todas las mujeres de mi estado, de mi país y del mundo, a quienes envío mi reconocimiento sincero. Que esta fecha nos una y obligue a fortalecer la lucha diaria y a contribuir con nuestro esfuerzo para cambiar lo necesario y podamos pronto vivir en un clima de respeto, igualdad, justicia y de paz.
Gracias y hasta la próxima
[1] Clara Zelkin falleció el 20 de junio de 1933 y no pudo ver coronados sus planes, de que se estableciera oficialmente en el marco de las Naciones Unidas, el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras. Sin embargo, su lucha continuó a través de otras voces.
[2] Al respecto la UNESCO, desde 2008, trabaja en todas las esferas de competencia para promover la igualdad entre los géneros y los derechos y la autonomía de la mujer en el marco del mandato en pro de la paz y las sociedades sostenibles.