*EdoMex, CdMex y Veracruz concentran 35% de crímenes
*Vendría para la Entidad la tercera alerta por desaparición
SEGÚN LA escritora feminista sudafricana –fallecida el 28 de Julio de 2020 en Estados Unidos-, Diana Elizabeth Hamilton Russell, que dedicó su vida a luchar contra la violencia hacia las mujeres y a quien se atribuye la popularización de la palabra “feminicidio” (“femicide” en inglés”), algunas de las motivaciones principales que inducen a la comisión de ese deplorable delito, son: la ira, el odio, los celos y la búsqueda de placer, aunque existen otras variables que Russell considera relevantes como la misoginia, el sentido de superioridad de género y la concepción de las mujeres como posesión, acciones deleznables que se transmiten culturalmente y favorecen la violencia de los hombres hacia las mujeres. Por otro lado, los asesinatos de mujeres en el ámbito de la pareja también están ligados, estadísticamente, al consumo de alcohol o de otras drogas por parte del homicida, si bien estas acciones no pueden ser atribuidas solamente a un fenómeno puramente bioquímico. De acuerdo a la socióloga Sylvia Walby, las estructuras patriarcales se manifiestan en la mayor probabilidad que tienen las mujeres de recibir abuso, de ocuparse del hogar y de los hijos, de ser representadas con poca fidelidad en los medios y en la cultura popular, de cobrar menos que los hombres por el mismo trabajo y de que su sexualidad sea vista de forma negativa. Asimismo tienden a estar infrarrepresentadas en los ámbitos de poder y de toma de decisiones. En ese sentido, la concepción de las mujeres como inferiores a los hombres hace que el significado social de estos asesinatos sea menos negativo en entornos más patriarcales. De esto se podría deducir que existe una mayor probabilidad de que se dé violencia de género y por tanto feminicidio si la ley y la cultura no los penalizan.
COMO FUERA, Veracruz es un Estado feminicida, y lo define así los casi 40 crímenes por razones de género en lo que va del año y 106 desapariciones forzadas a lo largo y ancho del solar jarocho según las cuentas del Observatorio de Violencia de Género de la Universidad Veracruzana, y lo que es peor, solo unos cuanto, el 5 o menos por ciento de esos ilícitos ha sido esclarecido. Insistir en nombres y hechos es redundar u ofender la memoria de las que ya se fueron violentamente a manos de un hombre, además de seguir lastimando a los deudos. Son hechos que hemos ilustrado en tiempo y forma, y que van desde la mujer macheteada, apuñalada, baleada o asfixiada por la pareja, hasta menores de edad encontradas muertas en despoblado a balazos, o en pleno centro de las ciudades. Son hechos inconcebibles considerando que el feminicidio es la manifestación más extrema del abuso y la violencia de hombres hacia mujeres, y se produce como consecuencia de cualquier tipo de violencia de género, como pueden ser las agresiones
físicas, la violación, la maternidad forzada o la mutilación genital. Por ello, la tipificación del feminicidio es importante no sólo porque reconoce y evidencia un tipo específico de violencia que surge de una problemática estructural y sistemática que conocemos como violencia de género, de acuerdo con el Inmujeres (Instituto Nacional de las Mujeres).
Y ES que el feminicidio no sólo significa que una mujer es asesinada, implica, además, que fue asesinada precisamente por ser mujer, y para tener una referencia, sólo tres estados, Veracruz, Estado de México y la Ciudad de México concentran el 35 por ciento de los casos en el País, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Por esa razón se
se incorporó el ilícito al Código Penal Federal en el 2012 y es precisado como el delito de privar de la vida a una mujer exclusivamente por razones de género, que se enlistan de la siguiente manera: violencia sexual previa al asesinato; lesiones físicas previas; antecedentes de violencia doméstica; relación sentimental con el agresor; amenazas, acoso u hostigamiento previo; privación de la comunicación y exposición pública del cuerpo de la víctima. Por ello la propuesta del titular de la Fiscalía General de la República (FGR), Alejandro Gertz Manero, quien sugirió hacer reformas al Código Penal Federal para desaparecer el delito y considerarlo, más bien, como una agravante del homicidio no prosperó, ya que eliminar la tipificación del feminicidio en el Código Penal implicaría retrocesos en materia de Derechos Humanos, igualdad social e impartición de justicia, además de que afectaría el trabajo de miles de mujeres por evidenciar la estructura sistemática de la violencia de género. Y es que si no se diferencia legalmente un feminicidio de un homicidio violento o agravado contra mujeres tampoco se observan los motivos por los cuales fue cometido y, como consecuencia, no se castiga de la manera adecuada.
LO QUE llama la atención es que Veracruz se encuentre siempre en primero o segundo lugar nacional en la comisión de esos delitos, si se toma en cuenta que existen dos alertas de género, la primera por violencia de género por agravio comparado y la segunda que se relaciona con los derechos humanos, y estaría por recibir una tercera por desaparición forzada, la que se justifica por muchas razones, más aun cuando a través de estudios de ADN fueron identificados positivamente los restos de tres abogados que se encontraban desaparecidos desde el 2016, dos de ellos originarios de la zona centro del estado, y entregados a sus familiares, entre los que se encuentran los de la abogada Sayra Anahí Aguilar Arce, de 31 años, originaria de Río Blanco. Los tres desaparecieron en la zona de la Cabeza Olmeca en el puerto de Veracruz, en las proximidades de la entonces Policía Federal, y sus restos fueron encontrados en fosas clandestinas de Arbolillo, municipio de Alvarado en julio del año pasado, y acaso como esos profesionistas a quienes cegaron la vida se encuentren infinidad de restos en fosas que aún no son exploradas, entre otros de mujeres.
POR ESA y otras razones, está próxima a emitirse la tercera alerta de género por desaparición forzada, pues la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) la están estudiando tras ser solicitada por diversos grupos de búsqueda, sobre todo, feministas. Quizá uno de los más preocupados en que no se emita el resolutivo es el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez que confía en que la tercera alerta de género no sea emitida, y en ese contexto dice que está trabajando en disminuir los casos de violencia contra la mujer, algo que no se observa por ninguna parte ya que muchas de ellas siguen terminando en feminicidios. Las dos Alertas por Violencia de Género fueron emitidas, la primera el 23 de Noviembre de 2016 (en tiempos aun del duartismo), derivado del contexto de violencia contra mujeres en la Entidad, y la segunda del 13 de Diciembre de 2017 (ya en el Gobierno de Miguel Ángel Yunes) por comprobarse un agravio comparado ante restricciones a los derechos humanos de las mujeres derivadas de decidir sobre su cuerpo, al penalizar la interrupción del embarazo, y la tercera por desapariciones podría darse en la administración de Cuitláhuac que ahora se justifica: “solo tenemos dos (alertas) y estamos trabajando en ello, porque recordemos que gobiernos pasados (la misma cantaleta para justificar su ineficacia) nos dejaron un legado de violencia; como en el gobierno de Yunes en donde su ex secretario de gobierno fue agresor de mujeres y había quedado en la impunidad”. Asi las cosas…OPINA carjesus30@hotmail.com