ACONTRACORRIENTE
Manuel del Ángel Rocha
La sociedad veracruzana se cansó, y echó, a través del voto a la pandilla que desgobernó y saqueo Veracruz durante doce años. A pesar de los chantajes por medio de los programas sociales, las intimidaciones, las campañas de lodo y miedo, y aun con la presión de muchos operadores priistas, que no los dejaban, ni ha sol, ni sombra, los paisanos con coraje y esperanza acudieron a las urnas el día de la elección. Acudieron a su cita con la democracia, he hicieron valer con su arma; el voto, para darse el gobierno que mejor convenga a sus intereses. Porque nos dice el articulo 39 de la Constitución General, que el pueblo tiene en todo tiempo el “inalienable derecho de alterar o modificar la forma de gobierno”. El pueblo no lo pensó, a pesar de que aun, los que se mantienen en Palacio de gobierno, hicieron su esfuerzo por permanecer dos años más, pero ya no les alcanzó.
Y ni tardo, el candidato ganador Miguel Ángel Yunes Linares, tomo el toro por los cuernos y declaró que dos años son suficientes para sentar las bases del despegue de Veracruz, y repitió que el estado seria otro, en un discurso de apenas quince minutos, donde esbozó líneas específicas que aplicará una vez tome las riendas de la administración estatal. Veracruz será otro, lo reiteró, y es lo que esperamos cientos de miles de ciudadanos, que empujamos la alternancia desde diferentes posiciones y enfoques, pero con anhelos afines. El trago amargo de soportar el saqueo, la belicosidad e impericia de los que se van, no es halagüeño, pero peor aun, para quienes sufrieron no solo la merma de sus bienes materiales, sino la pérdida de sus seres queridos, de parte de la delincuencia organizada, que de la mano de la policía estatal, han sembrado el terror social. El daño no les ha sido reparado, porque por supuesto es irreparable. La afirmación de que en seis meses se respirará tranquilidad, siembra ilusión, porque se espera y desea en todo el estado. El hecho de crear la Comisión de la Verdad, para investigar a los desaparecidos, que en el estado creo no son cientos, sino miles, y que en Poza Rica por ejemplo, solamente en el mes de mayo, fueron 22 las personas ejecutadas por las bandas criminales. Una gran reclamación social, es parar la de violencia e inseguridad.
Creo que no será fácil que en dos años se puedan hacer grandes cosas, cuando el estado esta en quiebra financiera. Sin recursos, solo la imaginación y las negociaciones con los acreedores, podrán ser elementos para avanzar.
Y donde estaremos pendientes y exigentes de que se cumpla con las promesas de campañas, es la irreversible y anhelada aplicación de la justicia para los saqueadores de los dineros estatales, que por cierto tienen muchas ramificaciones, y esperemos que se llegue hasta la última instancia que tocó la corrupción. La avaricia y depredación que se vivió no tiene parangón, por ello la esperanza de que lo señalado por Yunes Linares, sea de solaz confianza. En libertad, y con el aval de que por fin se pudo romper con el maleficio de la fidelidad-prospera, la actitud ciudadana será de apoyo a las acciones que el gobierno emprenda, para retomar el potencial productivo de sus mujeres y hombres, tan menospreciados, que su autoestima, marchita, espero hasta el cinco de junio para autoafirmarse, y liberarse de la somnolencia que le había impuesto una administración desabrida, tendiente a la rapacería.
Y aunque el conteo de las casillas aun no termina, Miguel Ángel ya perfilo sus grandes ejes de gobierno, que no esta lejano de lo que anhelan los veracruzanos, donde el elemento principal es el consenso, el aval para el “cambio profundo”, que es exigencia para vivir “sin miedo, recuperar la seguridad, la paz y la tranquilidad”. Las líneas descritas en su texto, tocan los puntos mas sensibles de la aspiración de la ciudadanía, que sembraría las bases, dígase sin sobredimensionar, de un proyecto no solo de alternancia partidista, sino de transición política, aun a pesar de ser un miembro panista, con formación política eclética, las tesis van mucho mas allá para atender la inmediatez, que urge, sino para un gobierno de largo aliento, que trastoque y trascienda la pírrica realidad política, económica y social veracruzana.