ACONTRACORRIENTE
Manuel del Ángel Rocha
En una acción sin precedentes en la historia política de Veracruz, alcaldes en funciones de 5 partidos tomaron las instalaciones de palacio de Gobierno, sin que funcionario alguno pudiera resolver la petición de pagar las retenciones presupuestales ilegales, que por tres años han regateado a las administraciones municipales. Desde el viernes por la mañana que llegaron los munícipes perredistas a manifestarse a Palacio de Gobierno, de última hora, Fernando Sánchez, Coordinador de Asesores del gobernador substituto Flavino Ríos, los atendió, pero sin solución alguna, siendo reemplazado por Antonio Gómez Pelegrin, titular de SEFIPLAN, con similares frutos, desertando a la media noche. Los alcaldes encontraron un Veracruz en absoluto vacío de poder, retrato de los seis años de un gobierno frívolo y corrupto. Para el sábado, los hermanos Yunes Márquez, Senador y alcalde de Boca del Rio, así como los alcaldes, diputados en funciones y electos del PAN, acudieron a solidarizarse con el plantón perredista. Además de los femenicidios, los levantones y secuestros, desastres naturales, desempleo creciente en las ciudades petroleras, impunidad, asaltos, desapariciones forzadas, corrupción, desviación de recursos locales y federales, narcomenudeo e inseguridad, producto de un mal gobierno, hoy Veracruz es un polvorín que solo falta una pequeña chispa para que las llamas se propalen a lo largo y ancho del territorio, y que probablemente venga de los municipios que llegaron a su límite de espera, en virtud de ser lugares sitiados y asediados, ante la falta de recursos.
Lo público y notorio es la reivindicación que hace muchos años no se veía en autoridad municipal alguna, que aprovechando el triunfo del candidato de la alianza PAN-PRD, la fragilidad institucional y de legitimidad del gobernador interino, y sin recursos para inversión, infraestructura, obra social, incluso ni para gasto corriente, han salido a exigir su presupuesto. Municipios muertos, donde se enseñorea la inseguridad, y el conflicto social empieza a prender, que de no contenerlo, el estado estallará, más pronto que tarde.
La imagen de Xalapa, en sus atribuciones de capital estatal, como receptora de la inconformidad de organizaciones campesinas, de colonos, de pensionados y jubilados, de maestros, taxistas, de asociaciones civiles, religiosas, de padres de familia, de presión, o de apoyo, puede reproducir el ejemplo, y convertir a cada municipio en centro de sus conflictos, que multiplicados, en escalada, harán un gran coctel explosivo, traducido en una total ingobernabilidad, como ya se vive. El actual gobierno no tiene los recursos (que ya desviaron en su beneficio), ni la confianza de la sociedad para amortiguar las demandas, que no ha cumplido, ni cumplirá.
Un pendiente declarado por los munícipes es el pago a la policía, a sus empleados de base y confianza, lo que redunda en inestabilidad e inseguridad, que impacta la tranquilidad de la población, así como su bienestar y precario nivel de vida. Por ello el viernes los perredistas acudieron a presentar la denuncia ante la PGR, por la desviación de recursos federales, agrupados en los programas del FISM, FAM, Fotrafim, CAPUFE, bursatilización, e hidrocarburos, en aquellos municipios con instalaciones petroleras. Que a decir de los alcaldes, ya en conjunto, la SEFIPLAN les adeuda a los 212 ayuntamientos, alrededor de seis mil millones de pesos.
El daño provocado por las administraciones de Fidel Herrera y Javier Duarte a los veracruzanos es inconmensurable. El repudio nacional, ya no solo estatal, es unánime. No hay espacio público o privado, que al tocar el tema Veracruz, no abominen a Duarte. Es el ejemplo priista más emblemático de la corrupción. En su momento, Javier Duarte (hoy ex gobernador prófugo), fue verosímil promotor y financiero de la campaña presidencial, que bajo las colusiones y cuotas partidistas, desvió recursos públicos para ella, lo que le permitió gozar de impunidad, junto con su equipo de colaboradores, que hoy están en desgracia, sobre todo por haber perdido la elección para gobernador. Que de haber ganado Héctor Yunes, hoy la historia sería otra. Por ello la cabeza de Duarte pende la espada de Damocles, que a decir de los analistas, la orden de aprehensión, es parte de la estrategia de juego del PRI, para pactarlo, en algún intercambio, con el PAN, o el PRD. Lo real es que hoy Veracruz está en llamas, y la ausencia de apoyo federal, hará que el gobierno substituto, tenga que caminar por la cuerda del alambrista, sin la mínima posibilidad de equivocarse en el siguiente paso, de lo contrario, se precipitara al vacio, del que no saldrá jamás, porque su maya de protección se la llevó Duarte.