Cartas a la redacción:
El Sistema de Enseñanza Abierta (SEA) de la Universidad Veracruzana (UV) enfrenta una profunda crisis institucional marcada por prácticas de corrupción, nepotismo y violaciones a la normatividad universitaria que afectan gravemente la calidad educativa y el bienestar de la comunidad estudiantil.
1. El papel controvertido de Juana Velázquez Aquino y su Familia:
Juana Velázquez Aquino ha ejercido durante años como representante sindical en el SEA, fungiendo como un instrumento del FESAPAUV para negociar plazas, comisiones en juntas académicas y cargos en el consejo técnico. Su gestión ha favorecido de manera evidente a su esposo y a su hija, Itzel Lendechy Velázquez, quien carece del perfil pedagógico necesario pero ha sido beneficiada por su parentesco y protección familiar. Ambas controlan la asignación de tesis, que en muchos casos se limitan a manuales administrativos con apariencia de trabajos académicos, priorizando únicamente la obtención de puntos para productividad, sin aportar valor académico real.
2. Desinterés por los alumnos y prioridad a la productividad académica en el SEA: Las actividades organizadas por los maestros se enfocan más en eventos sociales como desayunos prolongados (en horarios laborales sabatinos) y actos sin vinculación con las necesidades reales de los estudiantes. Estas actividades buscan acumular puntos para la productividad académica, dejando en segundo plano la atención y el desarrollo académico de los alumnos, quienes son los principales afectados por esta desatención.
3. Asignación arbitraria de experiencias educativas y falta de dedicación docente:
La distribución de experiencias educativas (EE) se realiza a modo, beneficiando a ciertos académicos que no dedican tiempo suficiente a sus estudiantes debido a que cuentan con plazas de tiempo completo o trabajan en otras instituciones, como la Normal Veracruzana. El Dr. Samuel Jiménez Abad, encargado de esta operación, tiene la promesa de obtener una plaza próxima y asigna EE a su propio padre, evidenciando un claro conflicto de intereses y prácticas clientelares.
4. Irregularidades en las Juntas Académicas:
Las juntas académicas, que deberían ser órganos colegiados de decisión, no se celebran con carácter ordinario ni cuentan con quórum. Estas reuniones se convierten en espacios de “levanta dedos”, donde se asignan comisiones y tareas amañadas en espacios informales como desayunos o estacionamientos, sin la presencia ni presidencia efectiva de la directora del SEA.
5. Falta de Mecanismos para Atender Crisis Estudiantiles:
A pesar de manifestaciones y crisis presentadas por alumnos, no existen autoridades ni mecanismos claros para su contención o solución. El programa Promejoras se utiliza para financiar iniciativas de los maestros, no para atender las necesidades académicas o emocionales de los estudiantes, quienes son relegados en la toma de decisiones.
6. Coacción y Abuso contra Docentes:
Maestros por asignatura han sido presionados para elaborar productos académicos o incluir los nombres de ciertos académicos o autoridades, en estos trabajos a cambio de horas de docencia. Aquellos que se niegan pierden la posibilidad de basificarse o obtener plazas de tiempo completo, evidenciando un abuso sistemático de autoridad. La directora del SEA, Dra. María Isabel Gómez Anell, ha mostrado una actitud complaciente con estas prácticas, incluso aplaudiendo en el consejo universitario la labor de personajes vinculados a estas irregularidades y al Rector en turno obedeciendo la Dra. Mónica Victoria Ruíz Balcázar, actual abogada general quien le habría facilitado su nombramiento.
Estas denuncias reflejan un patrón de corrupción, nepotismo y falta de transparencia que socava la autonomía y la calidad educativa en el Sistema de Enseñanza Abierta de la Universidad Veracruzana. La comunidad universitaria exige la intervención de las autoridades superiores para restaurar la legalidad, la ética y el compromiso con los estudiantes, quienes deben ser el centro de toda actividad académica. La impunidad y el clientelismo no pueden seguir siendo la norma en una institución que debe ser un referente de excelencia y justicia educativa.
