¿Y si AMLO impone para la presidencia a un militar?

’23/12/2024’
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*Y es que solo el Ejército y Marina consolidarían su 4T

*López seguiría ordenando como López de Santa Anna

 

SI ALGO le preocupa al Presidente Andrés Manuel López Obrador en víspera del tercer informe de Gobierno –que marca la segunda mitad de su fallida administración-, es dejar inconclusa lo que él llama la Cuarta Transformación del País, porque es tal su vanidad que desea pasar a la gloria de la inmortalidad como el cuarto personaje que ha materializado cambios importantes para México, como lo fue el sacerdote Miguel Hidalgo con el inició de la Guerra de una Independencia que no logró ver coronada (y que acaso aún no se consolida dependiente como es la Nación de Estados Unidos y otros Países en materia alimenticia, energética, científica y tecnológica aunque se hable de acuerdos comerciales y pactos en mil materias); la Reforma impulsada por Benito Juárez García (que tenía en la mira convertirse en dictador con 14 años en el poder y sin visos de abandonarlo, a no ser por la angina de pecho que le arrebató la vida), y la Revolución Mexicana que sentó las bases de lo que ahora es México con la Constitución de 1917 (aunque sin pasar por alto el papel modernizador del Presidente Porfirio Díaz Mori que renunció a la Presidencia en 1911 para evitar que se derramara más sangre mexicana, algo que no pudo evitar por las ambiciones desmedidas de los militares de entonces y ahora de políticos). Pero AMLO quiere ser el cuarto transformador, y en ese tenor se jacta de que los cambios que ha hecho el Poder Legislativo son tan profundos que equivalen a una nueva Constitución. De ahí la importancia de la mayoría parlamentaria para sacar adelante estos cambios y lograr un mejor País más justo y con leyes que protejan a los menos favorecidos, pero los empresarios, intelectuales, catedráticos y activistas dicen lo contrario. Nadie quiere la reforma eléctrica que busca darle el monopolio en la generación de energía a la Comisión Federal de Electricidad; tampoco más refinerías contaminantes que van a contracorriente del mundo que aspira a descontaminar el planeta, y rechazan un aeropuerto y tren maya cuya construcción han sido entregado al Ejército y la Marina, lo mismo que el Tren Interoceánico. En suma, el tiempo se agota y el Presidente ha decidido decretar de interés público y de seguridad nacional la realización de los proyectos y obras prioritarias encabezadas por su administración, y con esa acción busca blindar la información relacionada con su desarrollo, además de permitir la emisión de permisos o licencias provisionales, en menos de cinco días para dar pronto inicio a su construcción.

 

SE TRATA de que si, por algún razón, las obras faraónicas no están en tiempo y forma no se culpe al Ejército y la Marina, instancias que según ha dicho, son las que más le ayudan con la carga de Gobernar, y por ello hasta una iniciativa envió al Congreso de la Unión para dar más poder al General a Luis Cresencio Sandoval, Secretario de la Defensa Nacional para reorganizar a esa instancia y fortalecer sus funciones. En ese contexto, el proyecto de decreto enviado por el mandatario plantea reformar la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos mediante la cual se crea la Comandancia del Ejército. La SeDeNa actualmente tiene asignada una dualidad de funciones, por una parte, como dependencia del Ejecutivo federal a cargo del despacho de los asuntos relacionados con la administración pública federal y, por la otra, como cuartel general superior del Ejército y Fuerza Aérea. Esa dualidad de responsabilidades hace del titular de la Defensa Nacional un funcionario comprometido en su totalidad para atender la actividad pública de la dependencia federal y la operativa de la Fuerza Armada, y por ello se plantea establecer en la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos la creación de la Comandancia del Ejército, con lo cual se genera la posibilidad jurídica de que el titular de la SeDeNa delegue funciones de aspectos ligados directamente al cumplimiento de las misiones del Ejército, de manera similar a como actualmente está previsto para la comandancia de la Fuerza Aérea, “y así fortalecer su papel como titular de la Secretaría de la Defensa Nacional.

 

PERO ¡PORQUE tanto y semejante respaldo a las Fuerzas Armadas que antaño detestaba? Porque según AMLO, el Ejército y la Marina son las instituciones “que más me están apoyando para la transformación de México”, a tal grado que las considera “fundamentales”, porque gracias a ellos se han distribuido y aplicado vacunas en zonas alejadas, y “me están apoyando para llevar a cabo entre todos y desde abajo la transformación de México”. AMLO ha dicho siempre que “amor con amor se paga”, y si actualmente su preocupación principal es concretar la vanidad de llevar a buen puerto la Cuarta Transformación, uno se pregunta si acaso no estaría deseando que el General a Luis Cresencio Sandoval se convierta en el próximo Presidente de México, aun cuando el Artículo 82 de la Constitución Política del País señala que: Para ser Presidente se requiere: I.- Ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos, hijo de padre o madre mexicanos y haber residido en el país al menos durante veinte años; II.- Tener 35 años cumplidos al tiempo de la elección; III.- Haber residido en el país durante todo el año anterior al día de la elección. La ausencia del país hasta por treinta días, no interrumpe la residencia; IV.- No pertenecer al estado eclesiástico ni ser ministro de algún culto y, V.- No estar en servicio activo, en caso de pertenecer al Ejército, seis meses antes del día de la elección. Y esto no sería problema, ya que bastaría con que el general Sandoval pida licencia en la milicia 7 meses antes y asunto concluido, y a la Secretaria de la Defensa suba a quien nombre comandante de las Fuerzas Armadas.  AMLO estaría en condiciones de retornar al poder como el líder máximo de este País mientras el Ejército le cuida la Presidencia como sucedía con Antonio López de Santa Ana que ocupó la Presidencia en 11 ocasiones en periodos pequeños, y solo era llamado para sofocar los fuegos políticos de la época.

 

Y AUNQUE el tema suene ahora descabellado, uno se pregunta ¿Qué partido, organización o nación latinoamericana se opondría, cuando la mayoría cojea del mismo pie, esto es, del surgimiento de dictadorzuelos en ciernes que se quieren perpetuar en el poder como lo hacen Venezuela, Nicaragua, Cuba y antes Bolivia, y como lo intenta El Salvador. No hay que olvidar que el pasado 26 de Julio, el secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán aseguró que las Fuerzas Armadas buscan crear servidores públicos honestos, pues según él, México carece de ellos.

“México carece de servidores públicos honestos. Por eso tenemos este problema de una alta corrupción”, declaró, y en ese contexto refirió que tanto la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina buscan crear hombres y mujeres “con valores, con principios” que saben que deben ser profesionales y “no meterse en problemas”. Aunque reconoció que algunos “sí toman otro rumbo”, pero son castigados. Ojalá nos equivoquemos, pero la mayor ambición política de López Obrador es consolidar una Cuarta Transformación que no se ve por ninguna parte, y que solo el Ejército y la Marina podrían consolidar llevándolo siempre como líder nato, algo que no harían, andando el tiempo ni Claudia Sheinbaum Pardo y mucho menos Marcelo Ebrard. A ver que pasa. OPINA carjesus30@hotmail.com

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