El 4 de diciembre de 2017, Miguel Ángel Yunes Linares y Salvador Cienfuegos Zepeda, estaban felices, radiantes.
Yunes Linares, desde su posición de gobernador, exudaba ese aire que tanto le gusta, de hombre de poder que daba prebendas.
Cienfuegos, como secretario de la Defensa Nacional (Sedena), inclinó ligeramente la cabeza, con la humildad que la simulación asigna para quien recibe un reconocimiento, una condecoración.
Ese día Miguel Ángel Yunes le impuso a Salvador Cienfuegos la medalla Adolfo Ruiz Cortines, “por su contribución a mantener la paz y la seguridad en Veracruz”.
Como invitado de complementó estaba Vidal Francisco Soberón Sanz, el entonces secretario de Marina.
Ese día Salvador Cienfuegos, desde esa humildad simulada, dijo que las fuerzas armadas se mantenían “como el sólido soporte del Estado mexicano en actividades relacionadas con el mantenimiento de la seguridad interior y de la exterior de la nación”.
Y por ser ese “sólido soporte” –dijo- es que muchos gobierno estatales piden la presencia de las fuerzas armadas.
Hoy Salvador Cienfuegos es acusado de apoyar al cartel H-2, con orígenes en el grupo de los Beltrán Leyva, con el que se coludió para traficar miles de kilogramos de droga a Estados Unidos.
En esa época el Ejército y la Marina tenían el control de la seguridad públcia en Veracruz (tal como sigue ocurriendo).
Entonces Miguel Ángel Yunes pidió esa presencia para no tener que mejorar el cuerpo policiaco del estado, tal como ahora.
Era un tiempo en el que la violencia campeaba en Veracruz, este estado que no ha conocido la seguridad en mucho, pero mucho tiempo, pero que le dieron la medalla Salvador Cienfuegos “por su contribución a mantener la paz y la seguridad en Veracruz”.
Fue un acto insólito, porque Yunes Linares llegó al poder estatal con el escudo del PAN por delante, y Salvador Cienfuegos era parte del gabinete de Enrique Peña Nieto, el último presidente priista de México.
Yunes Linares tendió ese tapete para pronunciarse porque las fuerzas armadas siguieran en el combate a la delincuencia, apoyadas por la “Ley de Seguridad Interior” promovida por Peña Nieto.
Tan sólo el día anterior a la entrega de la medalla hubo 14 asesinatos en la entidad.
Pero ese no fue el único momento de contacto entre ambos.
El 22 de enero de 2018 Yunes Linares presumió en sus redes sociales una fotografía que se tomó con Salvador Cienfuegos:
“Me reuní con el General Salvador Cienfuegos Zepeda, Secretario de la Defensa Nacional, y acordamos acciones para mejorar la seguridad pública en el Estado.”
El enlace de la imagen es https://twitter.com/YoconYunes/status/955497972250243072?s=20
Después, a finales de enero, MAYL anunció la colocación de 10 puntos de revisión en Coatzacoalcos, Acayucan y San Juan Evangelista, e invitó a Salvador Cienfuegos a supervisarlos, lo cual se dio el 28 de enero de 2018.
Ese día de la “supervisión” la lucha entre los carteles delincuenciales se hizo presente mediante dos narcomantas firmadas por “Z Vieja Escuela”, dirigidas a Yunes Linares en las cuales se acusaba a funcionarios estatales y municipales de pertenecer al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
No fue el único incidente. En el punto de revisión del Puente Calzadas, no había agentes de tránsito y en cambio había un transitar intenso de vehículos sin placas, que desafiantes pasaron frente al retén precisamente en el momento en el que estaba Salvador Cienfuegos.
La primer narcomanta, casualmente, estaba en Minatitlán, el lugar inicial de la gira de Cienfuegos y amenazaba al nuevo delegado de la Policía Ministerial en la ciudad, Rodrigo Serrano Cabrera (El Potro, le dicen) por tener grupos de secuestradores y por ser parte del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
“Sr Gobernador si usted no hace nada al respecto lo haremoz nosotroz y correrá maz sangre (sic)”, era el texto en la manta.
De alguna forma los ánimos se calmaron y el funcionario policiaco sólo fue trasladado a Tuxpan, donde permaneció hasta marzo de 2020, cuando fue removido por el actual gobierno, pero lo señalaron de tener nexos con el grupo criminal que encabeza el ex alcalde de Coyutla Basilio Picazo, con influencia en la zona del Totonacapan. Pero después de eso nada se supo.
(Anotación al margen: Basilio Picazo está presuntamente ligado al asesinato de la reportera María Elena Ferral, en Papantla).
La segunda narcomanta se la pusieron en Nanchital, también firmada por “Z Vieja Escuela” e igualmente acusando contubernio de autoridades estatales con el CJNG.
Después, en el retén sobre el Puente Calzadas, del río Coatzacoalcos, Salvador Cienfuegos cuestionó la ausencia de elementos de tránsitos, pero sobre todo por que por ahí circulaban con toda libertad vehículos sin placas.
“Veo unos vehículos que no traen placas. ¿No se les hace nada?”, preguntó el entonces titular de la Sedena.
Miguel Ángel Yunes volteó la cabeza, como buscando los vehículos sin placas.
Pero los incidentes no mermaron la buena relación entre el general Cienfuegos y Miguel Ángel Yunes.
Total, entonces ambos eran grandes místicos en plenitud del poder.
¿La relación continuará ahora?.