*Salida de capitales: más desempleo y delitos
*AMLO y Salinas: hermanados por T-MEC
¿QUE PASARÍA con México si al igual que la empresa española Iberdrola, líder en energías limpias y pionera en el despliegue de redes inteligentes, otras compañías extranjeras, sean energéticas o de diferentes rubros, cogieran su canicas cansadas de la tediosa agresión que las exhibe a diario de corrupción en el pasado, de dar “moches” o de cualquier anomalía que se le ocurra a Andrés Manuel López Obrador amparado en su cargo de Presidente de México, y decidieran llevarse su inversión a otras latitudes donde haya menos obstáculos y exigencias puritanas que en los hechos no se reflejan, y en cambio les ofrecieran apertura y respeto?. Ni siquiera queremos imaginarlo con una predicción negativa para el país de cero crecimiento por parte de las principales calificadoras e instancias financieras internacionales, y en cambio, sí, un decrecimiento de hasta 9 y 10 por ciento en 2020 que alentaría aún más la pérdida de empleos que, inicialmente afectaría a 1 millón 200 mil personas que laboran en la economía formal y un número indeterminado de informales. Porque a decir verdad, AMLO ya se pasó de tueste con tanta acusación teatral matutina para agradar al pueblo bueno, y ya comenzó a colmar la paciencia de quienes vienen a derramar inversiones al país coadyuvando en la creación de empleos, el desarrollo y la estabilidad, algo que el mandatario nacional no valora obsesionado en ser como los mandatarios de Venezuela, Nicaragua o Cuba, al pretender que en México no haya un solo rico, sino pobres y arruinados clase medieros a los que pueda seguir manipulando como el gran salvador del país. Y es que si se van algunos capitales importantes del país, los gobernados que laboran en esas empresas la van a pasar muy mal, a tal grado que la inseguridad tendrá una explosión incontrolable, acaso multiplicado al mil por ciento de lo que actualmente se vive.
APENAS EL miércoles, el alcalde panista de Tuxpan, Juan Antonio Aguilar Mancha advirtió que la firma energética cancelaba un proyecto en marcha para construir una planta termoeléctrica de ciclo combinado en ese municipio al norte del Estado, y aunque Iberdrola declinó opinar en torno a la versión –el que calla otorga-, el munícipe adelantó que la construcción de dicha terminal fue cancelada dada la postura de Comisión Federal de Electricidad (CFE) de evitar dar suministro de gas que era necesario para que la planta entrara en funciones, y tras las acusaciones de que Felipe Calderón era socio de la misma. Y como el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, no entiende de inversiones extranjeras ni le interesa, pero busca agradar siempre a su protector, muy valiente redactó en sus redes sociales que será la CFE la encargada de realizar el proyecto abandonado por Iberdrola sin medir las consecuencias de semejante desvarío, como si el país estuviera para inversiones multimillonarias financiadas por el Estado. Vaya atrevimiento. “Me comuniqué con nuestra amiga Rocío Nahle, titular de la Sener y me ha confirmado que el proyecto para Tuxpan se mantiene, pero es de la CFE y la empresa del Estado la que licitará su construcción donde empresas veracruzanas tendrán la oportunidad de trabajar”, dice García que le respondió la otra García.
AMLO QUE sí sabe a lo que arriesga al País si otras empresas siguen el ejemplo de Iberdrola, se mostró quedito esta mañana en su conferencia matutina, y haciendo a un lado las acostumbradas descalificaciones como si el cargo de Presidente le dieran patente de corso para hablar de todo y de todos, adelantó que la empresa española se comunicó con él para reafirmar sus intenciones de seguir invirtiendo en México y mantener las más de 25 plantas termoeléctricas que poseen a lo largo del territorio nacional (que no es poca cosa señor Cuitláhuac, y mejor no opine de lo que no sabe). Y en el mismo tono, haciendo a un lado la soberbia o arrogancia que lo caracteriza, expresó que la compañía le envió una carta en la que le hizo saber sus intenciones, por lo que calificó como “información no oficial” la cancelación de la nueva central térmica en Tuxpan, como se dio a conocer el miércoles por parte de Juan Antonio Aguilar Mancha, alcalde de ese municipio al revelar que los representantes de la empresa le notificaron la cancelación del proyecto, algo que, al parecer, fue solo para medirle el agua a los camotes. De esa manera, AMLO deja en claro que espera llegar a un arreglo sobre la eventual suspensión de una millonaria inversión para construir la central térmica de ciclo combinado en Tuxpan, Veracruz, lo que de concretarse no solo provocaría la pérdida de miles de empleos sino la ausencia de una compañía generadora de energía limpia como lo demandan los cánones ambientalistas internacionales.
Y ES que ya el Fondo Monetario Internacional advirtió que la economía mexicana se encamina a tener la mayor contracción en 88 años, a tal grado que en 2020 será la cuarta con la mayor caída global, después de España, Italia y Francia, que ya es mucho decir. Es tan grave la situación que enfrenta el país, que el organismo prevé que el producto interno bruto (PIB) de México se hunda 10.5 por ciento, un retroceso 3.9 puntos porcentuales mayor al pronosticado hace un par de meses, lo que se traduce en mayor pobreza, desempleo y, por supuesto, más delincuencia, algo que dejaría muy mal parado al Presidente López Obrador, con todo y sus 30 millones de votos que lo llevaron al poder, por lo que la elección de 2021 y 2024 podría convertirse en un desastre para el Movimiento de Regeneración Nacional a pesar de los miles de millones de pesos que suele regalar en programas sociales para asegurarse aplausos y sufragios.
NO ES por asustar, pero de cumplirse las previsiones del organismo, la de este año será la recesión más profunda en México desde 1932, cuando la economía se contrajo 14.8 por ciento. Se contará por arriba de las crisis de la década de los ochenta, del decrecimiento de 6.3 por ciento en 1995 y de 5.3 por ciento de 2009. También será la más aguda entre las economías de América Latina. De acuerdo al FMI, la recesión en México es simultánea a la caída en el ingreso por habitante en 95 por ciento de los países, de la mano de la incertidumbre expuesta por la pandemia de Covid-19, y acaso por ello el Presidente Andrés Manuel López Obrador, al igual que Carlos Salinas de Gortari, le apuesta al tratado comercial trilateral de América del Norte para sacar al buey de la barranca.
POR ELLO deseaba con todo su corazón, él, un socialista de hueso colorado, reunirse con el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el más crudo ejemplo de lo que suele ser el capitalismo a ultranza, luego de jalarle los bigotes al amenazar con vender gasolinas a Venezuela y pactar alianzas económicas de libre comercio con China, dos naciones que detesta el mandatario gringo, aunque en ese encuentro podría estar la penitencia de AMLO si el magnate estadounidense pierde las elecciones reeleccionistas. En fin, los días de López Obrador de aquí a la entrevista con Trump serán cruciales, pues en la reunión seguramente recibirá instrucciones de cómo debe tratar a los inversionistas del vecino país del norte y de sus aliados, salvo que quiera enfrentarse a la furia trumpiana. Ni hablar, como bien dijera don Porfirio Díaz: México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos. OPINA carjesus30@hotmail.com