Dr. Alfonso Velásquez Trejo
Sociología – SEA
El principal problema de la Universidad Veracruzana es su inercial decadencia de la mano de su crisis moral. Esta se expresa cotidianamente en la prevalencia de diferentes formas de clientelismo político y académico que afectan a las instituciones de educación superior del país y que se explica por una estructura cultural asociada a la formación de vasallos y no de ciudadanos. Responde al particular proceso de estructuración social moldeado por la historia que, por la dialéctica de la vida social, se presenta ahora como un dilema civilizatorio. Esto es, la crisis moral de la Universidad no puede adjudicarse a una administración universitaria, sino que responde a la suma de diferentes procesos sociales, culturales e institucionales que a lo largo de las últimas décadas se concentran en un punto de inflexión histórica, donde las comunidades logran, mediante diversos acuerdos políticos, transitar a estadios civilizatorios superiores o se quedan en el estancamiento que experimentan, aún su ruina.
La crisis moral se expresa en la distorsión de los valores que deben orientar a una institución universitaria como son la excelencia académica y la búsqueda de crecimiento en las tareas de docencia, investigación y difusión de la cultura, todos ellos enfocados al desarrollo del conocimiento y las virtudes de sus egresados, en donde deben destacar los conocimientos y una impecable estructura ética, que se reproducirán socialmente en un proceso virtuoso. La crisis moral se materializa a nivel microsocial en la formación de círculos cerrados de académicos que impiden el ingreso de nuevos talentos, la exclusión de los mejores pues representan una amenaza al estado de confort, a la grilla y malediciencia universitaria y, por otro lado, el desencanto de los mejores profesores y estudiantes rebasados por los grupos de interés universitarios y que no en pocas ocasiones prefieren renunciar y buscar otras opciones de desarrollo personal. En resumen, estos grupos de interés materializan e institucionalizan la mediocridad académica reproduciéndola en generaciones de egresados.
Si bien es cierto que la crisis moral que vive la UV no puede adjudicarse a una persona o la gestión universitaria en turno, es necesario señalar que la conducción de los últimos años expresa, en sus resultados, los limites históricos de una estructura institucional que contribuye cada vez menos al desarrollo de la sociedad veracruzana. La crisis moral no es intangible, se acredita con los datos de la numeralia institucional mismos que expondré a continuación y que corresponden al periodo de 2013 al 2020.
La matricula por nivel, se observa que solo la Universidad Intercultural experimentó un crecimiento relevante en este periodo que fue de poco más del 20%. El nivel de licenciatura creció apenas el 4.37% lo que significa que la oferta educativa al año creció medio punto porcentual desde hace 8 años, lo cual acentúa el problema de la estudiantes no aceptados por la UV y que tienen que optar, por universidades privadas o desertar de continuar estudiando. En contraste, el nivel de técnico superior universitario decreció el 2.9% y el nivel de posgrado cayó en 7,68%, en tanto la modalidad virtual, prácticamente muestra un estancamiento al no crecer.
El crecimiento general de la matrícula de la Universidad Veracruzana, fue de 2,596 nuevos estudiantes lo que representa un crecimiento del 4.17%, esto significa que la institución creció en medio punto porcentual por año. La mitad del uno por ciento. Lo cual es claramente insuficiente para atender la demanda de educación superior en el estado, que en este periodo ha mantenido los efectos del denominado bono demográfico, donde el país cuenta con la mayor proporción y número de jóvenes en su población total. Esto es, la UV no responde a esta oportunidad de impulsar, estructuralmente, el desarrollo del estado mediante la formación de profesionistas de alto nivel. Este crecimiento, de apenas medio punto porcentual anual en el periodo de 2013 a la fecha, explica el estancamiento general de la institución y su bajo impacto en el esfuerzo de acompañar el desarrollo de la entidad.
Las áreas donde se experimentó un crecimiento de la matricula fue, en orden de importancia: ciencias de la salud con 1,041estudiantes lo que representa un 7.68%; en segundo lugar, el área técnica con 890 nuevos estudiantes con un crecimiento del 6,06%; después el área bilógico agropecuaria amplio sus espacios para albergar 855 nuevos estudiantes que representan un 2.05%; sin embargo el área de artes y de humanidades no experimentaron ninguna ampliación de su oferta educativa y el área económico administrativa, incluso, redujo el número de estudiantes en 205.
La evolución de la matricula por región, y destaca que en Xalapa y Coatzacolacos-Minatitlán, el número de estudiantes decreció, en 1,341 y 29 respectivamente. Porcentualmente significa que en estas dos regiones se experimentó una caída del 5.05% y 0.005%, respectivamente. Esta situación muestra que la decadencia de la UV en estas regiones es una realidad. Y ello genera una serie de efectos multiplicadores como es, la subutilización de la infraestructura instalada, el desplazamiento de la UV por otras opciones de formación profesional que están provocando que la UV este perdiendo el liderazgo que le corresponde en la entidad. Entre los jóvenes que están en la etapa de ingresar a la universidad, la UV ha dejado de ser la opción preferente. El estancamiento de la UV es la condición necesaria para la creciente privatización de la educación superior.
La regiones donde la UV ha experimentado un crecimiento son Poza Rica – Tuxpan, Veracruz y Córdoba-Orizaba. En el mejor de los casos que es la región de Poza Rica, la evolución de este indicador resulta insuficiente para atender la demanda de formación profesional en la zona. Es importante señalar que en las regiones Poza Rica-Tuxpan y Coatzacoalcos-Minatitlán, la presencia de la UV es marginal, pues la educación privada y los tecnológicos dominan el escenario de la educación superior.
Cuando pasamos a los estudios de posgrado. La población de este segmento ha decrecido de 2,174 a 2,007 estudiantes lo que significa una caída del 7.6%. Prácticamente, excepto la región de Veracruz, en todas las regiones la caída ha sido una constante. Incluso en la región de Xalapa donde se concentra el mayor número de estudiantes de posgrado el número de alumnos de posgrado decreció en 2.5%; destaca el caso de Coatzacoalcos-Minatitlán donde la formación de profesionistas en el nivel de posgrado ha decrecido en 74.5%. Ello significa que los profesionistas de alto nivel académico preparados para realizar investigación de frontera en sus diversas áreas del conocimiento experimenta una crisis importante.
La evolución de las diferentes opciones de formación profesional al interior de la UV. Este indicador es muy importante porque un indicador de desarrollo de una sociedad está determinado por la evolución de la división del trabajo; por lo que se puede proponer que a mayor división del trabajo y especialización, mayor será el grado de desarrollo. Es entonces posible afirmar que parte del estancamiento de la economía y sociedad veracruzana se explican por esta causa pues las mismas se retroalimentan.
En este sentido la UV ha experimentado un franco estancamiento, pues las opciones para que los jóvenes se formen como técnicos superiores universitarios decreció de 10 a 6 opciones, lo que representó una disminución del 40%; cuando se evalúan las opciones en licenciatura, éstas pasaron de 172 a 178 nuevas licenciaturas, sólo 6 nuevos perfiles profesionales, lo que representó un crecimiento del 3.48% de saldo positivo, sin embargo insuficiente en un contexto donde el desarrollo de la ciencia, la tecnología y las artes se multiplican globalmente. Por último, las opciones de formación en posgrado solo aumentaron en 2 nuevas opciones en los últimos 7 años de la gestión universitaria.
En este orden de ideas, el número de opciones de nivel licenciatura por área académica. En este indicador el Incremento relativo del periodo es de cero (0%). Si bien en este periodo la UV ha experimentado los diversos cambios generados a nivel de las políticas públicas del sector de la educación superior en el país; éstas mismas han generado recursos extraordinarios para la ampliación y diversificación de la oferta educativa, indicadores donde la gestión universitaria queda a deber a la sociedad veracruzana.
Sin embargo es importante señalar que solo se incrementó en dos nuevos programas educativos, pues se pasó de 153 programas a 155. Lo que significa que el crecimiento en este indicador apenas superó el 1% ¡en ocho años!. Se debe considerar que en este periodo se han reestructurado diversos programas educativos que observaron una caída drástica de su matrícula, como es el caso de informática, que se ha transformado en ingeniería de software entre otras.
Sin embargo a la UV le siguen faltando otras opciones de formación profesional como: actuaría, ingeniería aeroespacial, gestión de instituciones educativas, tecnología educativa, Ingeniería biomédica, ciencias políticas y administración pública, Chino, investigación biomédica, ciencias políticas, relaciones internacionales, logística, física industrial, ciencias del deporte, historia del arte, TSU en podología, TSU en Protección civil, , TSU en Mantenimiento Industrial, TSU en mantenimiento Automotriz, TSU en Perforación y Servicios de Producción, TSU en Artes Culinarias, TSU en logística, TSU en moda y vestuario; TSU en entrenador deportivo, solo por citar algunas áreas de oportunidad.
Del personal académico por función, se observa que si bien el grueso de los académicos concentra su actividades en la docencia, la investigación y la difusión de la cultura, actividades sustantivas para las actividades de la UV, su crecimiento ha sido marginal; sin embargo, cuando se observa el comportamiento del personal académico dedicado a actividades administrativas, resulta que éste se ha incrementado prácticamente por tres, al pasar de 117 a 327 académicos lo que representó un incremento de los profesores ahora dedicados actividades administrativas.
Mientras el número de docentes creció 4.2%, los investigadores 10.1% y los dedicados a la difusión cultural en 8.6%, resulta que los académicos dedicados a la administración crecieron 180%, esta situación puede ser una causa que explique la hiper burocratización de los procesos administrativos que ahogan las funciones sustantivas de la UV y un gasto improductivo que no impacta en beneficio de los jóvenes.
Estos datos confirman también el sentimiento de elitismo académico que ha crecido en los últimos años, pues mientras los investigadores, con dudosa productividad y bajo impacto en la formación de estudiantes crece al doble de los docentes que atienden directamente a estudiantes de licenciatura, los posgrados se han estancado y el personal dedicado a ellos ha crecido de manera desproporcionada. Este pasmoso dato habrá que auditarlo a profundidad, pues se incrementó el número de investigadores en 10.1%, pero la caída en la oferta de posgrado cayo, entonces ¿para que se contrataron?
En el año 2013, la actual administración universitaria recibió 1,597 profesores de tiempo completo (PTC), mismo que se incrementó a 1600. Esto es, ¡un saldo a favor de 3 nuevos PTC, en siete años¡. Si éstos son dedicados a tareas administrativas, como se ha observado, es claro que la crisis moral de la UV nuevamente se confirma. No es un dato menor, este indicador es significativo, pues en los procesos de evaluación de los Comités Interinstitucionales de Evaluación de la Educación Superior (CIEES) identifica las fortalezas institucionales. Esto significa, que la UV en los últimos 8 años no se movió, aunque habrá que reconocer el esfuerzo en mejorar la imagen institucional y la construcción de espacios educativos.