A la militancia priista.
A la opinión pública.
A lo largo de las últimas horas se ha comentado en diversos círculos la posibilidad de que se registre un cambio en la dirigencia estatal de mi partido, el PRI.
Al respecto, expreso:
1) No es tiempo de cambios, sino de consolidación. No es tiempo de arrugar, sino de planchar.
2) Cambiar la dirigencia del partido a escasos tres meses de que se postule candidato a gobernador puede emitir una interferencia en un proceso en marcha, más que una clarificación de mensajes.
3) La actual dirigencia probó su efectividad en la pasada elección, en donde obtuvimos una mayoría contundente en la renovación de nuestros diputados federales.
4) La tradición dentro del partido marca que la evaluación de cambios en la dirigencia se da una vez que ha concluido el proceso de nominación de candidato a gobernador, no antes.
5) Así, de darse este cambio, el PRI tendría, en su caso, una dirigencia de mera transición, de solo tres meses.
Por estas razones, me manifiesto en favor de que la actual dirigencia permanezca en su cargo, hasta que tengamos candidato a gobernador.
Senador Héctor Yunes Landa