Veracruz: el narcogobierno, la mayor amenaza

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* Eric Cisneros y “su sobrino”, el reclutador de sicarios  * Secretario de Gobierno, acusado de proteger al Cártel de Sinaloa  * Cuitláhuac habla y no desmiente  * El PAN estatal sigue partido en dos  * Duartistas, fidelistas, ivanistas asaltan el palacio municipal * Gersaín, empalagoso con Amado  * Roberto Pérez, de la cantina al deporte

MUSSIO CARDENAS ARELLANO

Publicada en mussiocardenas.com

14 de enero de 2022

Tanta inquina, tanta sorna, increpando a Monreal, regodeándose en la violencia que devora a Zacatecas, y acá el infierno es brutal, sin amainar el baño de sangre, y los cadáveres en carreteras, y los embolsados, y los mutilados, porque el crimen manda, los capos cooptan, la 4T se alinea y Cuitláhuac García encabeza ya el narcogobierno de Veracruz.

Tanto imputarle a otros, a Yunes, a Fidel, a Duarte, vínculos con la delincuencia, pactos de impunidad, y en Veracruz el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, es acusado de narco, el que protege desde el poder, el que financia, el que opera, el que encubre al Cártel de Sinaloa.

Nueve cadáveres a pie de carretera, en Isla, municipio al sur, y un video cuando los ejecutados aún vivían, y en él la confesión de un presunto sobrino de Eric Cisneros, cimbran a Morena, a Cuitláhuac, a la clase política, a Veracruz.

Nueve cuerpos con huellas de tortura, semidesnudos y apilados, ocho hombres y una mujer, trayendo a la memoria aquel 20 de septiembre, en 2011, a plena luz del día, cuando arrojaron 35 cadáveres, presuntos integrantes de Los Zetas, al pie del monumento a Los Voladores de Papantla, en la zona turística de Boca del Río, a metros de distancia del recinto en que se desarrollaba la cumbre de procuradores y presidentes de tribunales superiores de justicia del país.

Javier Duarte rehuía acuerdos. Se imaginó inmune al vacilo del crimen organizado. Y lo pagó.

Lo volvieron a sacudir con otra veintena de cuerpos en una casa de Veracruz. Pero siguió necio. Lo cimbró el hallazgo de otros 14 cadáveres en casas de seguridad y más muertos en las calles, en carreteras, en el campo, en la conurbación Veracruz-Boca del Río. Y así hasta que el mar de violencia, las masacres y el horror doblegaron al truhán que devino en un simple peón del narco.

Cuitláhuac ya transita en el mismo laberinto. Ufano, presume cifras de seguridad. Veracruz, según la estadística, segundo entre los mejores de México. Cifras maquilladas para no admitir secuestros donde hay secuestro, extorsión donde hay extorsión, feminicidio donde hay feminicidio. Aprehensiones pactadas. Aprehensiones de capos menores. Aprehensiones para simular que la Policía Estatal va imponiendo la paz.

El show es grotesco. Y la realidad, demoledora. Y de auténtico escándalo el video en el que el secretario de Gobierno queda al desnudo, exhibido como protector del Cártel de Sinaloa.

Veracruz enfrenta la violencia en dos vías: la de los cárteles y la delincuencia común, y la institucional, la de Cuitláhuac y Cisneros imponiendo el terrorismo político, encarcelando inocentes, fabricando culpables; su policía robando, sembrando armas, sembrando droga, realizando aprehensiones ilegales, reprimiendo protestas, agrediendo periodistas.

Y ahora la evidencia del vínculo entre el narco y el gobierno de Morena. Y sólo así se explica por qué Eric Cisneros detenta tanta soberbia y tanto poder.

¿Qué dice el sobrino de Eric Cisneros, Eric Alejandro Roca Aranda, en el video? Que Eric Cisneros cubre y encubre al Cártel de Sinaloa.

Y que le pagó cinco millones para reclutar sicarios.

Y que le dio droga —cocaína y marihuana— para traficarla en la Cuenca del Papaloapan.

Y que la encomienda es calentarle la plaza al secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, otro bandolero ligado al círculo de Andrés Manuel López Obrador. O sea, pleito inside. Bronca entre los pandilleros de Morena que gobiernan Veracruz.

Y que Eric Cisneros opera junto al “Chivo” Vázquez. ¿Alusión a Erasmo Vázquez González, así apodado, medio hermano del extinto líder ganadero de Acayucan, Cirilo Vázquez Lagunes? Erasmo, Señor de Sayula y San Juan Evangelista hasta Jesús Carranza, en los límites con Oaxaca.

Y que el sobrino debía coordinarse con dos capos de la Cuenca del Papaloapan, Julián Álvarez Vallejo y Pablo Mendoza, alias “El Junior”, todos en la línea del Cártel de Sinaloa, la organización criminal de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, preso y sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos, hoy operada por sus hijos, Los Chapitos, y por su socio, Ismael “El Mayo” Zambada.

“Mi tío Eric Cisneros —dijo— nos proporcionó armas, vehículos y droga. Eso a las órdenes de Julián Álvarez Vallejo y Pablo Mendoza ‘El Junior’; estos dos mencionados del municipio de Nopaltepec, encargados de la zona de Otatitlán (lugar de nacimiento del secretario de Gobierno de Veracruz). Todo trabajo para el Cártel de Sinaloa”.

“Nos dieron 20 armas largas —agregó—, cinco armas cortas, dos kilos de cocaína y 40 kilos de mariguana para empezar a abrir puntos de droga en toda la Cuenca del Papaloapan”.

¿Y qué le dicen los de “Las Cuatro Letras”, presuntamente el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), apuntándole con sus armas?

Que el mensaje va también para Pablo Mendoza, Álvarez Vallejo, Carlos Alberto Rojas, alias “El Cartero”, para “El Gallero”, Álvaro y El Pana, capos del Cártel de Sinaloa.

Junto a los nueve cadáveres, en Isla, se halló un narcomensaje:

“Pinche perro traicionero. Siguen ustedes. Ahí le dejamos a sus pinches lacras”.

Y la sentencia al secretario de Gobierno:

“Para que veas tú, Eric Cisneros Burgos, que aquí en la Cuenca del Papaloapan mandan Las Cuatro Letras’. No te pases de v…rga”.

Al día siguiente, Cuitláhuac García enfrentó el escándalo. Pudo desmentir el vínculo familiar entre Eric Alejandro Roca Aranda y Eric Cisneros y no lo hizo. Se limitó a decir que entre los ejecutados no había ningún familiar del secretario de Gobierno y que Cisneros continuaría laborando de manera normal. Evadió el tema central: la relación sobrino-tío y las gravísimas imputaciones que lo ligan al Cártel de Sinaloa.

Cisneros Burgos fue más torpe aún. Entrevistado sobre el video y la relación que le imputa su sobrino, el secretario de Gobierno no negó el parentesco y terminó por empinarse aún más.

“Aquí no vamos a permitir —señaló— que ningún grupo quiera venir a establecerse sobre otro”.

O sea, su función es evitar que un grupo criminal pretenda desplazar al que domina el territorio.

Cuitláhuac está en la mira del Cártel Jalisco, rival del de Sinaloa. Desde el primer día los vio llegar y asumió el embate. Le tomaron la autopista Cosoleacaque-La Tinaja, que conecta al centro de Veracruz con el sur, apostándole tres tráileres incendiados.

Una patrulla de la Policía Estatal fue perseguida a alta velocidad por integrantes del CJNG y la voz nerviosa del elemento que huía impactó las redes sociales. El narco hizo correr a la policía.

Horas más tarde, dos sedes de la Fuerza Civil en el sur fueron rafagueadas. La exigencia del CJNG fue el retiro de los destacamentos. Y el gobernador tuvo que acatar.

Al tercer año ya hay oficialmente narcogobierno en Veracruz. Y está alineado con el Cártel de Sinaloa.

Cuitláhuac García no sólo transgrede la ley; se asume impune. Se sabe encubierto por el presidente López Obrador que todo le disculpa: nepotismo, corrupción, protección a acosadores y agresores sexuales, contratos a empresas fantasma y el uso del delito de ultrajes a la autoridad para llenar de inocentes a los reclusorios más siniestros. Veracruz es el laboratorio de la dictadura.

Impera en Veracruz un régimen de terror. Van a prisión adversarios políticos, fabricando culpables, usando al aparato policíaco, a la Fiscalía estatal y al Poder Judicial.

Más de mil ciudadanos, según investiga la Comisión Especial del Senado, se hallan en cárceles acusados de ultrajes a la autoridad, delito que provocó la confrontación con el senador de Morena, Ricardo Monreal Ávila, y cuando el gobernador se vio vencido, aprehendió al secretario técnico de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta, José Manuel del Río Virgen, imputándole la autoría intelectual del asesinato del ex candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Cazones, Remigio Tovar Tovar.

Cuitláhuac se cobija en la sombra presidencial. Y en las faldas del Cártel de Sinaloa. En el poder institucional y en el poder criminal.

Así se explica, también, el poder que detenta Eric Cisneros.

Más que la represión política, el agravio a la sociedad, el abuso policíaco, la insultante impunidad, la mayor amenaza es ver al narco gobernando Veracruz.

Qué oscuridad.

Archivo muerto

Gana el Clan Yunes y el PAN se agrieta, aún más. Valida la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional la elección interna en Veracruz y da el triunfo a Federico Salomón Molina, el nuevo peón del yunismo, que asumirá la presidencia del albiazul. En contraparte, el dirigente saliente, Joaquín Guzmán Avilés, advierte que irá a tribunales, a evidenciar más de 20 transgresiones al reglamento electoral panista, incluyendo la sustitución ilegal de Tito Delfín Cano como candidato a la presidencia, tras su encarcelamiento a manos del déspota de palacio, Cuitláhuac García Jiménez. Al final, el PAN volvió a quedar partido en dos. La mitad jala con Miguel Ángel y Fernando Yunes Márquez, aliados con los grupos panistas a los que meses atrás acusaban de haberse vendido al gobernador morenista, Cuitláhuac García, y la otra, representada por el antiyunismo en el que abrevan Guzmán Avilés, los Rementería, los Serralde, los Omar Miranda, las Jessica Lagunes, los Hernández Candanedo azules. Los Yunes cerraron 2021 con la alcaldía de Veracruz en sus manos. Patricia Lobeira, esposa de Chiquiyunes, hará el papel de presidenta municipal. E inician 2022 con el espaldarazo de la mafia de Marko Cortés, líder nacional panista, avalando la victoria de Salomón Molina con el 51.7 por ciento de la votación total, sólo 589 sufragios de diferencia. El PAN  sigue partido en dos… ¿Cuántos fidelistas, duartistas, rémoras de Iván Hillman Chapoy, del Clan de la Succión, de la depredadora familia Robles, o los vestigios del marcelismo, asaltan el ayuntamiento de Coatzacoalcos? ¿Cuántos fueron parte de los grupos que saquearon a Veracruz, enquistados en los gobiernos de Fidel Herrera, Javier Duarte y Flavino Ríos Alvarado, que hoy se trepan en la nave de Morena para proseguir el atraco? Se visten de obradoristas pero son simples ratas priistas. Son ratas a las que Morena adoptó, las sacó del fango, las trajo a la vida, les dio RCP, afiló sus uñas y les comparte el poder. Son ladrones a los que Morena paga por acarrearle votos, por operar en colonias, por dejar en sus manos —mejor dicho, en sus garras— la operación electoral. Y ahora a pagar la factura. Fidelistas, duartistas, ivanistas, marcelistas van a la nómina en el ayuntamiento de Coatzacoalcos. Van por su cuota de poder. Unos, algo podridos; otros con peligrosos vínculos con el crimen organizado. Como los que gobernaron con Víctor Carranza, el ex alcalde que terminó tocado, obsesivo con los reconocimientos de confeti, delincuente confeso en el robo de luz —“el alcalde diablito”—, el inútil que potenció el desastre, el nulo desarrollo, la fuga de capitales, que fue permisivo con la delincuencia y abdicó a su responsabilidad de garantizar la seguridad de la población. Se fue Carranza pero se quedó la escoria priista y se incorporaron otros más… Arrodillado, empalagoso, Gersaín Hidalgo da maromas para encantar a su nuevo patrón. Se tiende, se arrastra, ofrece el trabajo, el respaldo al alcalde, Amado Cruz Malpica, del que fue rival en campaña, al que hubiera preferido ver derrotado, salir maltrecho de las urnas, cuando idolatraba a su líder en turno, Carlos Vasconcelos Guevara, candidato de la alianza PRI-PAN-PRD, al que ilusamente imaginó en la presidencia municipal de Coatzacoalcos. De Amado sintió el hielo cuando aún no asumía el poder. Ningún acercamiento en los días en que Víctor Manuel Carranza aún era alcalde y les asestaba la última puñalada, dejando al gremio adherido al Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Municipio de Coatzacoalcos —antes SUEM— sin el pago del fondo de ahorro correspondiente a 2021 y tres incrementos salariales. Pero en la toma de posesión de la nueva directiva, la unción de Francisco Díaz como líder formal, Gersaín Hidalgo mostró el cobre, la doblez, lenguaje zalamero. Sólo le faltó bajarse el calzón. Y Amado Cruz le correspondió. Uno hincado y el otro cortés. Víctor Carranza nunca le halló al tema sindical. No pudo destroncar el poder de Gersaín. Amado es especialista en derecho laboral. Será un hueso duro de roer… Miles de litros de alcohol se ha bebido Roberto Pérez López y ahora es director del deporte municipal. Centenares de tarros, de copas, de caballitos, así fuera cerveza, brandy, tequila, para un bebedor de corrida larga que hoy pregona vida sana, deporte en el malecón, corazón de acero. Le preceden al “Ganso” Pérez López su paso por el periodismo y episodios convulsos, la trifulca con los Guízar, la bronca con Wong, traicionando a su mecenas de copas, el que le cubría las abultadas cuentas de francachelas —bacanales épicas— que concluían cuando rayaba el sol. Y ahora Roberto Pérez es director del Deporte en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, aunque lo que se transpire sea alcohol del peor. Los productos Nahle —Eusebia Cortés, el “Ganso” Pérez, Sergio Guzmán— adolecen del mismo mal: mucha lealtad, escasa capacidad, nula solvencia moral. Véase el detalle de la vida inútil de Roberto Pérez: http://distritorojo.com.mx/2022/01/12/roberto-perez-de-las-cantinas-a-la-direccion-del-deporte-en-coatzacoalcos/

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