* A Huerta le vale madre.
Por Iván Calderón
Hace unos días el Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez emitió un decreto para reducir la aglomeración y movilidad de ciudadanos del 15 al 31 de julio en algunas regiones de la entidad, con el objeto de disminuir la propagación del Covid-19.
Estas medidas derivadas de la emergencia sanitaria por el “Coronavirus”, abarcan la implementación de filtros sanitarios, supervisión de comercios, control del tránsito de personas, restricción al 50% en el número de pasajeros en vehículos de transporte público y particulares, el uso obligatorio de cubrebocas en municipios considerados de alto contagio, exhortando a las y los presidentes municipales a regular la presencia de transeúntes y las aglomeraciones.
Sin embargo, en el Gobierno de Veracruz están actuando muy tarde, cuando tienen el agua hasta el cuello, tarde ven la magnitud de la pandemia.
La neta.
Se tiene que recordar que estas mismas normas en su momento fueron consideradas como “excedidas” por el Secretario de Gobierno Eric Cisneros Burgos, quién en su clásico protagonismo absurdo buscaba pleitos con los ediles que intentaban contener la incidencia de esta enfermedad, invitando a la población a no hacerles caso.
A más de 4 meses y con la cantaleta de que la “estrategia está funcionando”, la ocupación hospitalaria está a tope, luego de una serie de errores propiciados desde las mismas entidades gubernamentales, ya que al poner a Veracruz en “semáforo naranja” y al enviar señales de que se había domado al Covid, la realidad terminó por convertirse en pesadilla para muchas personas sufriendo el contagio y muerte de sus familiares.
Es cierto, con lo anterior tiene también mucha culpa la gente al no hacer caso a las medidas de sanitarias y de prevención. Pero, cómo lamentablemente lo hemos recalcado, desde el propio Gobierno se dictaron inequívocas indicaciones, al grado de que el Presidente de la República se negaba a usar mascarillas protectoras, pues lo protegía su “fuerza moral”.
Incluso, aún y con un decreto oficial, los mismos integrantes de la Secretaría de Bienestar donde Manuel Huerta es delegado, al parecer les importa un pepino lo que diga Cuitláhuac García y entregan apoyos sociales a diestra y siniestra en diversos municipios, exponiendo a los adultos mayores que por necesidad acuden a recibir su pensión.
No es la primera vez que Huerta reta al Gobierno del Estado, y creyéndose la figura de un súper delegado pretende hacer y deshacer a su antojo, cuando su personal debería de atacar las indicaciones de la federación con la entrega “casa por casa” o con grupos menores de 50 personas.
No obstante, la flojera para los funcionarios federales es mucha, que prefieren crear aglomeraciones exponiendo a las y los veracruzanos. Pero bueno, que se puede esperar, si el delegado se la pasa “operando” desde el café, sin nada que hacer.
Cabe destacar que gracias a estas prácticas y malos ejemplos, los comerciantes de Xalapa, también ya están retando al Gobierno del Estado y retiraron los filtros en el centro de la capital, convirtiéndose todo en un caos total, casi imposible de manejar.
Ya veremos si el Gobierno de Veracruz hace respetar su decreto tardío, o si deja que cada quién actúe a su libre juicio y conveniencia.
Total, esto ya es un desmadre total.
@IvanKalderon
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