Al inicio de su administración municipal, el alcalde de San Andrés Tuxtla Octavio Pérez Garay enfrentaba la deuda más grande en la historia, la cual ascendía a más de $100 millones de pesos, gracias al desastre financiero del anterior gobierno.
Deudas a proveedores, impuestos, embargos, laudos laborales, entre otros compromisos hacían que el escenario fuera aterrador, para un munícipe que llegó por la vía de independiente junto con sus ediles.
Reducirse el sueldo, y emprender una serie de operaciones para un rescate financiero, su primera acción.
Pero las deudas parecían impagables. Por un lado, se tenía un débito de luminarias que no se instalaron por parte de una empresa donde estaba presuntamente involucrado el hermano del ex gobernador Javier Duarte. Por otro, un dinero que era para la construcción de una unidad deportiva la cual no se hizo, y tan solo en esos montos se sumaba la cantidad 58 millones, 827 mil, 47 pesos con 49 centavos.
El asunto era temible, pues en 4 años los saldos que heredaba Tavo Pérez se habían incrementado un 500%, al grado que, en los primeros días de su gestión, el Ayuntamiento de San Andrés Tuxtla recibió apoyos de la misma ciudadanía para sus gastos de operación, como papelería y gasolina.
No obstante, previo a su tercer informe de Gobierno sorprendentemente se reporta que de esos $100 millones de pesos, no se debe ni un quinto.
Así tal cual, ni un peso de deuda.
Sí, aunque usted no lo crea.
Tavo Pérez y sus regidores en 3 años lograron lo imposible. Ahora, se podrán dar el lujo de dejar en el siguiente año cuando concluya su encargo, dinero en caja para que pueda operar con soltura quién sea quién tome las riendas del municipio.
Se tiene que decir, a ojo visto radica que la cantidad de obra pública que está haciendo la administración del edil sanandrescano es sorprendente. La neta.
Con gran visión y retomando los proyectos de su padre el ex presidente Octavio Pérez González, se habilitó un camino que conecta a San Andrés Tuxtla con su zona de la costa en menos de 30 minutos, se está construyendo un malecón en las playas del emblemático Balzapote, sin olvidar pavimentaciones, obras educativas.
En fin, en cada rincón de San Andrés existe obra, sin olvidar que se resolvió el tema del suministro del agua potable, problema añejo que agobiaba a las y los sanandrescanos por décadas, y ya no existirán estas quejas.
Sin embargo, el legado más grande que dejará Octavio Pérez Garay y sus ediles será dejar unas finanzas sanas, en equilibrio y con oportunidad de que San Andrés Tuxtla tenga una mayor expectativa de crecimiento.
De hecho, antes de la llegada de la “Cuarta Transformación” en esta población ya se avanzaba en materia de políticas públicas enfocadas a mejorar la calidad de vida de los sectores más desprotegidos con apoyos sociales, logrando ahorros de manera sustancial y ejerciendo medidas drásticas de austeridad.
Con disciplina financiera Tavo Pérez logró una gestión sana y equilibrada, sentó las bases para que la próxima administración municipal que llegue (sea de la corriente política que sea) no enfrente el caótico escenario que sufrió, además de demostrar que se puede ejercer un Gobierno honesto, sin tanto alarde de ello.
@IvanKalderon
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